En España, más de 28 millones de personas disponen de algún tipo de permiso de conducción, siendo el tipo B el más común. Este carnet autoriza a conducir vehículos cuya masa máxima autorizada no supere los 3.500 kilos y que tengan una capacidad de hasta ocho pasajeros, excluyendo al conductor. Pero lo que muchos no saben es que mantener vigente ese carnet no depende solo de la fecha de caducidad, sino también de su estado de salud y de los medicamentos que consumen.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha establecido nuevos criterios para 2025 que pondrán bajo la lupa el uso de ciertos tratamientos médicos. Según ha confirmado el organismo, el simple hecho de tomar determinados fármacos puede impedir la renovación del permiso, incluso aunque el conductor no haya tenido ningún problema circulando hasta ahora. Esto se debe a que algunas sustancias afectan directamente a la capacidad para conducir de forma segura.
6El papel clave de los informes médicos

La renovación del carnet ya no dependerá únicamente de los resultados obtenidos en el centro de reconocimiento. La DGT exigirá cada vez más informes complementarios elaborados por especialistas. Estos informes deben detallar si el tratamiento seguido por el conductor está bajo control, si existen efectos secundarios relevantes y si la persona está capacitada para seguir conduciendo. Sin ese aval, será imposible renovar el permiso, incluso si el conductor se siente en plena forma.
Este nuevo enfoque obliga a los pacientes a mantener una comunicación más estrecha con sus médicos. El informe debe estar actualizado, firmado por un profesional autorizado y, en algunos casos, incluir resultados de pruebas complementarias.