En España, más de 28 millones de personas disponen de algún tipo de permiso de conducción, siendo el tipo B el más común. Este carnet autoriza a conducir vehículos cuya masa máxima autorizada no supere los 3.500 kilos y que tengan una capacidad de hasta ocho pasajeros, excluyendo al conductor. Pero lo que muchos no saben es que mantener vigente ese carnet no depende solo de la fecha de caducidad, sino también de su estado de salud y de los medicamentos que consumen.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha establecido nuevos criterios para 2025 que pondrán bajo la lupa el uso de ciertos tratamientos médicos. Según ha confirmado el organismo, el simple hecho de tomar determinados fármacos puede impedir la renovación del permiso, incluso aunque el conductor no haya tenido ningún problema circulando hasta ahora. Esto se debe a que algunas sustancias afectan directamente a la capacidad para conducir de forma segura.
5La salud mental en el centro del debate

Uno de los cambios más comentados es la inclusión de los trastornos psiquiátricos en la evaluación médica para la renovación del carnet. La DGT ha dejado claro que dolencias como la demencia, la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de déficit de atención o la depresión pueden ser motivo suficiente para impedir la conducción, dependiendo del grado y de los efectos secundarios de la medicación asociada. Esta medida ha abierto un debate sobre el estigma y la privacidad de los pacientes.
Aunque la intención es garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía, algunas asociaciones médicas han pedido prudencia para no criminalizar a quienes padecen estas condiciones.