sábado, 22 marzo 2025

No aparece en las guías, pero este es el pueblo medieval más bonito de España

Perdido en un rincón del País Vasco, donde la península ibérica casi roza Francia, se esconde una joya, un pueblo medieval que muchos viajeros desconocen. Este pueblo vasco de Hondarribia conserva uno de los cascos históricos mejor preservados de todo el norte peninsular, con murallas que han resistido el paso de los siglos y calles empedradas que relatan historias de piratas, comerciantes y reyes. Quienes visitan este rincón de Guipúzcoa por primera vez suelen quedarse maravillados ante la autenticidad que conserva cada piedra de sus edificios centenarios.

Las guías turísticas más populares no siempre le otorgan el protagonismo que merece, eclipsado quizás por localidades más mediáticas como Toledo o Ávila. Sin embargo, pocos lugares combinan tan magistralmente la esencia de un asentamiento medieval con la elegancia de mansiones nobiliarias, la belleza de sus casas de colores junto al mar y la exquisitez de una gastronomía que ha traspasado fronteras. Su privilegiada ubicación geográfica, bordeando la desembocadura del río Bidasoa y mirando hacia Francia desde la bahía de Txingudi, añade un valor paisajístico extraordinario que complementa su valor histórico y cultural.

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TRADICIONES ANCESTRALES QUE PERDURAN CON ORGULLO

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La identidad cultural de Hondarribia va mucho más allá de su impresionante patrimonio arquitectónico. Este pueblo vasco mantiene vivas tradiciones centenarias que se manifiestan especialmente durante sus fiestas patronales, celebradas en honor a la Virgen de Guadalupe cada 8 de septiembre. El Alarde, una representación simbólica de aquel histórico día de 1638 en que los habitantes lograron levantar el asedio francés, constituye una de las manifestaciones folclóricas más emotivas y espectaculares de todo el calendario festivo del norte peninsular y atrae cada año a miles de visitantes.

La gastronomía hondarribitarra representa otro pilar fundamental de sus tradiciones. Los pescados frescos capturados por la flota local, preparados según recetas transmitidas de generación en generación, protagonizan las cartas de los restaurantes locales. La cultura del pintxo, esas pequeñas obras de arte culinario, alcanza en este pueblo cotas de excelencia difícilmente superables. No es casualidad que algunos de los chefs más reconocidos internacionalmente hayan elegido este enclave para abrir sus restaurantes, donde la tradición pesquera y los productos del mar se fusionan con técnicas innovadoras para crear experiencias gastronómicas que complementan perfectamente la visita a este excepcional pueblo medieval.


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