La movilidad urbana y el uso del coche privado han sido temas de debate en los últimos años. Cada vez son más las restricciones que buscan limitar la circulación de vehículos en solitario para reducir la congestión y la contaminación. La Dirección General de Tráfico (DGT) se ha sumado a esta tendencia con medidas que buscan desincentivar la circulación de vehículos con un solo ocupante. Esta decisión ha generado controversia, pero forma parte de una estrategia más amplia de sostenibilidad.
En varias ciudades europeas ya se han implementado normativas que restringen la circulación de coches con un solo pasajero en ciertas zonas y horarios. España no se quedará atrás, y la DGT ha dejado claro que el futuro del tráfico estará marcado por la alta ocupación de los vehículos. El mensaje es contundente: se busca que cada coche que circule transporte al menos a dos personas para aprovechar mejor los recursos y reducir el impacto ambiental.
4La tecnología al servicio de la regulación del tráfico

Para hacer cumplir estas normativas, algunos países han recurrido a la tecnología. En Francia, por ejemplo, se han instalado radares térmicos capaces de detectar cuántos ocupantes hay en un coche. Estos dispositivos permiten sancionar automáticamente a los conductores que circulan en carriles exclusivos sin cumplir con el número mínimo de pasajeros. Las multas en este país pueden alcanzar los 135 euros por infracción.
La DGT no ha confirmado si implementará esta tecnología en España, pero no se descarta que en el futuro se adopten medidas similares. El uso de radares inteligentes permitiría controlar de manera más eficiente el cumplimiento de las nuevas normativas y garantizar que los carriles VAO sean utilizados correctamente. Este tipo de herramientas facilitaría la tarea de vigilancia y evitaría que los conductores incumplan la normativa sin consecuencias.