lunes, 31 marzo 2025

Estas 3 verduras juegan en tu contra si tienes diabetes

La alimentación se ha convertido en uno de los pilares fundamentales para quienes padecen enfermedades crónicas, especialmente cuando se trata de controlar los niveles de azúcar en sangre. Sorprendentemente, la diabetes requiere una vigilancia constante de ciertos alimentos que, aunque gozan de buena reputación entre la población general, pueden resultar problemáticos para quienes conviven con esta patología metabólica. La elección de los vegetales que conforman nuestra dieta diaria podría estar jugando una mala pasada a millones de españoles afectados por esta condición.

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No todas las verduras son iguales cuando se trata de su impacto en los niveles de glucemia. Mientras que la mayoría de hortalizas se consideran aliadas indiscutibles para la salud, existen algunas excepciones que merecen especial atención por parte de las personas con diabetes. Las alcachofas, el calabacín y el boniato, a pesar de ser opciones aparentemente saludables, pueden comportarse como verdaderos saboteadores del control glucémico si no se consumen con conocimiento y moderación, alterando el delicado equilibrio que tanto esfuerzo cuesta mantener a quienes padecen esta enfermedad.

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EL BONIATO: EL DULCE ENEMIGO PARA LA GLUCEMIA

Fuente Freepik

Entre las tres verduras analizadas, el boniato representa quizás el mayor desafío para las personas con diabetes debido a su elevado contenido en almidones y azúcares naturales que rápidamente se transforman en glucosa tras su digestión. A pesar de sus innegables propiedades nutricionales, este tubérculo posee un índice glucémico considerablemente alto, especialmente cuando se compara con otras verduras habitualmente recomendadas para diabéticos como el brócoli o las espinacas. Una ración media de 150 gramos de boniato puede aportar hasta 30 gramos de carbohidratos, una cantidad que supone casi la mitad de lo recomendado en una comida principal para muchas personas con esta patología.

La popularidad creciente del boniato como alternativa «saludable» a la patata convencional ha contribuido a generar confusión entre quienes padecen diabetes. Si bien es cierto que contiene más fibra y nutrientes que la patata blanca, su impacto en los niveles de glucosa puede ser incluso más pronunciado debido a su sabor naturalmente dulce, consecuencia de un mayor contenido en azúcares simples. Las personas con diabetes que deseen incluir boniato en su alimentación deberían limitar drásticamente su consumo a porciones muy reducidas, nunca superiores a 50 gramos por comida, y preferiblemente acompañadas de alimentos ricos en proteínas y grasas saludables que ralenticen la absorción de sus carbohidratos. Además, optar por cocciones prolongadas que permitan que el almidón se enfríe antes del consumo puede contribuir a reducir parcialmente su impacto glucémico.


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