La segunda temporada de Sueños de Libertad empieza de una forma que no es indiferente para nadie. El episodio 270, que se emite el jueves 20 de marzo, es un antes y un después en el trasfondo de las historias que motivan a los espectadores, sumergiéndolos de lleno en un torrente de emociones, de intrigas y de situaciones que los mantendrán en vilo.
La familia De la Reina, que es a todas luces la protagonista indiscutible de esta historia, atraviesa un acontecimiento trágico que tambalea sus nacimientos y sus relaciones. Con un guion deliciosamente trabajado y unas interpretaciones que llegan a la perfección, este nuevo capítulo confirma el porqué de Sueños de Libertad se considera un referente del drama televisivo.
1EL PESO DE LA TRAGEDIA EN SUEÑOS DE LIBERTAD

El capítulo inicia con el enfrentamiento entre Digna y Jesús, que deja a la primera descompuesta y desolada. Digna, mujer fuerte y decidida, parece desmoronarse ante la magnitud de lo que ha ocurrido, incapaz de reaccionar o de enfrentarse a su familia. Su silencio y su mirada perdida son signos anticipados de una tragedia por revelar. Don Pedro, astuto como de costumbre, llega y sacará provecho de la situación. Fingiendo un falso compromiso con Digna, le da la vuelta a la historia a su favor, una forma más de posicionarse, una forma más de demostrar que en el mundo de los De la Reina son las apariencias las que importan.
En otro lugar, el día amanece en la fábrica junto a la llegada de la Guardia Civil, un factor que no pasa desapercibido y que da pie a todo tipo de rumores. El grotesco descubrimiento de una limpiadora y la irrupción de Tasio en la casa de los De la Reina aportando una noticia, dejan entrever el tono que va a tener un día que no olvidará nadie. Damián y Andrés, dos de los miembros más representantes de la familia, viven uno de los peores momentos de sus vidas.
La tensión se puede respirar en la fábrica. Los operarios, ya descontentos por las condiciones, ven en el arribo de la Guardia Civil un mal signo de que algo muy grave ha sucedido. Los rumores comienzan a correr como la pólvora y muy pronto, parece que todo el pueblo, todo el mundo, está al tanto de que ha ocurrido un hecho horrible. Damián, para tratar de calmar a los trabajadores, intenta tranquilizarlos a medida que empieza a temer lo peor.
Pero hasta los que están descontentos se dan cuenta de que él mismo es casi el primero en quedar como si ya estuviera roto. Andrés parece frío, distante, como si a él no le preocupara, lo que provoca más suspicacias entre su grupo de amigos. En la casa de los De la Reina la tensión no es menor. Tasio, con su noticia aplastante , deja a todos descolocados, y las miradas que se cruzan, aquellas de sospecha y preocupación, inundan la habitación.
Digna, todavía sin reacción, es en ese momento el eje de la conversación, pero no por los motivos que a ella le hubieran complacido. Don Pedro, siempre atento a recoger los frutos que le sirven, va a su encuentro llevando una expresión de falsa preocupación, tal y como si intentara manipularla para que le obedeciera.