lunes, 31 marzo 2025

Se demuestra que dormir bien o no depende solo de si haces estas cosas o dejas de hacerlas

Muchas personas creen que dormir bien es cuestión de acostarse temprano y evitar distracciones, pero la realidad es mucho más compleja. El descanso de calidad no se basa únicamente en la cantidad de horas dormidas, sino en una combinación de hábitos que influyen en la capacidad del cuerpo para recuperar energía. En España, casi la mitad de los adultos sufre problemas de sueño, y las consecuencias de no descansar adecuadamente pueden afectar la salud física y mental.

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Los expertos advierten que la privación de sueño prolongada puede reducir la esperanza de vida y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. No basta con intentar dormir más, sino que es necesario identificar qué factores pueden estar interfiriendo en la calidad del descanso. Si el insomnio o los despertares frecuentes se han convertido en un problema recurrente, es posible que la clave no esté en la noche, sino en lo que ocurre durante el día.

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La relación entre la cena y el descanso nocturno

Fuente: Merca2

Lo que se come en la noche tiene un impacto directo en la calidad del sueño, y elegir los alimentos adecuados puede hacer la diferencia entre dormir bien o pasar la noche en vela. Las cenas demasiado copiosas pueden generar digestiones pesadas, lo que afecta el descanso al provocar molestias estomacales o reflujos. Del mismo modo, no cenar lo suficiente puede causar alteraciones en la glucosa, haciendo que el cuerpo despierte en mitad de la noche con sensación de hambre.

Los expertos en nutrición sugieren incluir alimentos ricos en triptófano, un aminoácido que ayuda a la producción de serotonina y melatonina. Legumbres, arroz integral, avena y frutos secos son buenas opciones para favorecer la relajación y mejorar la calidad del sueño. También es recomendable evitar los carbohidratos refinados, ya que pueden generar picos de azúcar que afectan la estabilidad del descanso nocturno.


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