miércoles, 19 marzo 2025

Madrid esconde el radar más implacable de España

Las calles y carreteras españolas están vigiladas por cientos de radares que controlan la velocidad de los conductores para garantizar la seguridad vial, pero no todos tienen la misma efectividad ni generan el mismo número de sanciones. Madrid alberga actualmente el dispositivo que ostenta el dudoso honor de ser el radar que más multas impone en todo el territorio nacional, un aparato que ha provocado quebraderos de cabeza a miles de conductores y ha llenado las arcas municipales con millones de euros en sanciones. Este cinemómetro, ubicado estratégicamente en el punto kilométrico 20,2 de la A-4, cerca de la zona de Mercamadrid, se ha convertido en el auténtico terror de los conductores que circulan por esta transitada vía.

El fenómeno de los radares «cazadores» no es nuevo en nuestro país, pero la efectividad del dispositivo madrileño ha alcanzado cotas sin precedentes en los últimos años. Los datos oficiales revelan cifras que resultan, cuanto menos, sorprendentes para cualquier conductor habitual de las carreteras españolas. No se trata únicamente de un mecanismo de control de velocidad, sino de un verdadero generador de sanciones que supera con creces a cualquier otro radar instalado en el resto de comunidades autónomas, incluidos aquellos ubicados en zonas tradicionalmente conflictivas como las grandes ciudades o las vías de alta ocupación en temporada vacacional.

2
MERCAMADRID Y SU ENTORNO: EL EPICENTRO DE LAS SANCIONES

Fuente Freepik

La zona donde se ubica el radar más temido de España no es un lugar cualquiera. Mercamadrid representa el mayor mercado mayorista del país, un punto neurálgico de distribución alimentaria que genera un intenso tráfico de vehículos, especialmente camiones y furgonetas de reparto. Esta peculiaridad convierte el tramo en un área de especial vigilancia por parte de las autoridades. El entorno del kilómetro 20,2 de la A-4 combina una intensa actividad comercial con un diseño vial que invita inconscientemente a aumentar la velocidad, creando el escenario perfecto para que el radar haga su agosto particular.

Los conductores profesionales que frecuentan la zona han aprendido a moderar su velocidad tras costosas experiencias, pero los visitantes ocasionales o aquellos que no están familiarizados con este punto negro siguen cayendo en la trampa. Madrid cuenta con una red viaria compleja que en ocasiones resulta confusa para quienes no la utilizan habitualmente. La señalización, aunque cumple con la normativa vigente, no siempre resulta lo suficientemente visible o comprensible para todos los usuarios, especialmente en condiciones de tráfico denso o con poca visibilidad. Este factor, unido a la ubicación estratégica del radar, explica en parte por qué tantos conductores continúan siendo sancionados en este punto concreto de la geografía madrileña.


- Publicidad -