miércoles, 19 marzo 2025

BP afronta la presión de sus accionistas y la veleta de los precios del crudo

El gigante petrolero BP (la antigua British Petroleum) las va a pasar canutas para apaciguar a los inversores insatisfechos. El grupo ha decidido dejar a un lado las tecnologías limpias para volver a centrarse en los hidrocarburos de toda la vida, pero el volátil entorno de precios puede volver «hercúleo» el esfuerzo de mitigar el enfado de los accionistas.

Así opina Rohit Nair, analista de calificaciones corporativas de Scope Ratings, quien advierte que, de producirse nuevas caídas en los precios del crudo -algo muy probable- las presiones financieras sobre la cúpula de la empresa podrían «exacerbarse».

BP ASUME UN ALTO RIESGO CON SU VIRAJE A LOS FÓSILES

«Mientras BP se centra en su negocio principal de petróleo y gas y recorta su deuda en lo que denominó un ‘reajuste fundamental’ de su estrategia, el deterioro de las condiciones del mercado podría complicar sus esfuerzos de desapalancamiento, tensar el flujo de caja y envalentonar a los accionistas activistas que exigen medidas más audaces», vaticina el experto.

«Esperamos que la estrategia de BP sea mínimamente positiva para el perfil crediticio de la empresa a corto plazo, dado el compromiso explícito de la empresa de reducir la deuda neta y mejorar significativamente el flujo de caja» -continúa- «A más largo plazo, sin embargo, la continuación de las inversiones en las actividades tradicionales de petróleo y gas podría respaldar la rentabilidad a expensas del perfil de riesgo de la empresa, sobre todo a medida que se acelere la transición energética mundial».

«el deterioro de las condiciones del mercado podría complicar LOS esfuerzos de desapalancamiento, tensar el flujo de caja y envalentonar a los accionistas activistas que exigen medidas más audaces»

Rohit Nair, analista de calificaciones corporativas de Scope Ratings

A finales de febrero, y a resultas de su mal desempeño económico en los últimos tiempos, BP anunció un impopular cambio de rumbo: la petrolera anunció que aumentará la inversión anual en petróleo y gas a 10.000 millones de dólares (9.500 millones de euros), volviendo a centrarse en los combustibles fósiles como parte de los esfuerzos del CEO, Murray Auchincloss, para mejorar los rendimientos.

El énfasis en el negocio de hidrocarburos desplaza a las energías renovables, que bajan un peldaño en su escalafón de prioridades. La inversión anual prevista en el apartado de transición energética se reducirá en más de 5.000 millones de dólares, hasta situarse entre los 1.500 y 2.000 millones de dólares al año.

UN GIGANTE CON PIES DE CRUDO

Este cambio estratégico se produce tras un período volátil de cinco años en el que la dirección invirtió en activos de energías renovables con rendimientos relativamente bajos, al tiempo que lidiaba con el legado de la catástrofe de Deepwater Horizon sin aprovechar plenamente la subida de los precios del petróleo para amortizar significativamente la deuda.

«Esto ha dejado a la empresa con uno de los apalancamientos más altos entre sus homólogas, lo que la hace especialmente vulnerable a nuevas caídas del precio del petróleo y al cuestionamiento por parte de los accionistas», enfatiza el análisis de Scope Ratings, señalando que el nuevo enfoque estratégico se basa en hipótesis «optimistas» sobre la evolución del crudo.

La dirección del grupo ha prometido que la nueva estrategia permitirá reducir el apalancamiento en un 20%. Sin embargo, los compromisos de BP se basan en perspectivas de precios del Brent a 70 dólares por barril, mientras que actualmente el coste de este tipo de crudo, de referencia en Europa, ya se acercan al precio mínimo necesario para que los planes de BP tengan éxito».

En consecuencia, la compañía «se enfrenta a un esfuerzo hercúleo para cumplir las expectativas de los accionistas y, al mismo tiempo, redimensionar su balance para hacer frente a cualquier futura crisis de los precios del petróleo», indica Nahir, quien considera probable un escenario en el que BP se vea abocada a realizar ventas de activos.

EL OSCURO PASADO DE ELLIOT MANAGEMENT

Por último, el especialista comenta que, aunque el abandono parcial de las energías limpias no es, en modo alguno, una decisión exclusiva de BP -Shell y Equinor han seguido el mismo camino-, el equipo de Murray Auchincloss «se juega mucho». El motivo es que podrían tener que lidiar con un accionista particularmente hostil.

«El accionista minoritario activista Elliott Management, que al parecer ha acumulado una participación del 5%, tiene un historial de inversiones en empresas que acaban disolviéndose (Honeywell, Smiths Group)» -advierte- «Si la caída de los precios del petróleo interrumpe el proceso de reajuste de BP, podrían aumentar las peticiones de disolución o venta de la empresa».

«A corto plazo, parece improbable una adquisición por parte de una empresa rival, dado el tamaño actual de BP, pero los planes de venta de activos de la dirección a medio plazo, que darían lugar a una BP más pequeña y reducida, podrían hacer reflexionar a los posibles compradores», concluye el analista.


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