¿Seguro que España puede producir la misma cantidad de hidrógeno renovable (H2) que Francia y Portugal juntas? Esta es la pregunta -retórica- que se hace la Fundación Renovables sobre los planes del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) y de Enagás para esta tecnología de aquí a finales de la década. En un informe sobre la materia, la respuesta que la Fundación se da a sí misma se resume en un solo vocablo: «disparatado».
Así califica el documento -cuyo mordaz título es ‘Proyectos de H2 en España: ¿El tamaño importa?’ las proyecciones de Enagás sobre el futuro cercano del hidrógeno, a las que considera aún más alejadas de la realidad que las del MITECO. La empresa, a la sazón gestora pública de la red de H2 en España, pronostica un potencial máximo de 74,3 gigavatios (GW) de electrolizadores en España para 2030, un dato «completamente desajustado del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y sobredimensionado».
PARA LLEGAR A LOS OBJETIVOS QUE SE HA MARCADO ENAGÁS EN TORNO AL H2, España TENDRÍA QUE destinar más del 100% de la potencia renovable instalada en la actualidad únicamente a producir hidrógeno
«Para llegar a cumplir este objetivo, España debería destinar más del 100% de la potencia renovable instalada en la actualidad únicamente a producir hidrógeno», señala el informe.
«Con estos datos, habría que ocupar entre 396.000 hectáreas y 552.000 hectáreas con instalaciones renovables destinadas a producir H2» -continúa- «Esto supera el tamaño geográfico de toda la Comunidad Autónoma de La Rioja y equivale a ocupar hasta un 2,3% del territorio español para producir hidrógeno». Por lo que se refiere a los recursos hídricos necesarios, se precisaría «el equivalente al consumo anual de agua de todo el País Vasco.
EL GOBIERNO DESBARRA CON EL HIDRÓGENO
La Fundación tampoco se contiene al criticar las expectativas del Ministerio, que pretende tener instalados 12 GW de electrolizadores para 2030, «sin tener prevista la demanda real ni los sectores concretos a los que se dirige«. Además, el documento actualizado el año pasado por el Gobierno no liga los objetivos de hidrógeno con los de potencia renovable, «ya que en ningún apartado indica qué porcentaje del parque renovable se destinará a producir este vector energético».
«Para cumplir el objetivo de 12 GW de electrolizadores se deberían destinar 51.000 hectáreas de territorio a instalaciones renovables para producir hidrógeno y, además, haría falta usar 13 hectómetros cúbicos de agua al año, un dato que equivale al consumo diario de agua urbana en toda España», explica el análisis.
Fundación Renovables compara las proyecciones del MITECO con las de nuestros vecinos, Francia y Portugal, que planean una capacidad de 6,5 GW y 5,5 GW respectivamente. Ambos países suman juntos la misma capacidad instalada de electrolizadores para 2030 que la prevista por España en el PNIEC.
LA DURA REALIDAD DE LA DEMANDA
La ‘hoja de ruta’ diseñada por el Gobierno y Enagás para el hidrógeno está, en suma, «alejada de la demanda real que se puede esperar de aquí a cinco años.
La Fundación concede que el H2 «es una tecnología emergente que es necesaria y será muy útil en nuestra transición energética. El informe, sin embargo, incide en que «el tamaño de los proyectos también importa, sobre todo por su impacto a nivel local», y con el fin de avalar esta postura, establece una comparativa entre dos hidrogeneras planeadas en nuestro país: la H2 Pillar y la Catalina, que serán construidas en Aragón.

El primero de ellos plantea una capacidad de hasta 60 MW, que requerirían emplear el 4% de la generación renovable actual de Zaragoza» -expone- «Frente a ello, el Catalina, un hub de H2 para consumo lejano y exportación internacional, con una capacidad de 2.000 MW que conllevaría duplicar la generación renovable de todo Teruel y destinar el 10% del consumo de agua anual de Aragón.
Fundación Renovables alerta con su informe sobre el riesgo que supone hinchar y sobredimensionar las proyecciones de una tecnología esencial para descarbonizar sectores clave, como la industria. «El H2 no puede estar sujeto a lógicas especulativas y debe plantearse un escenario realista y ajustado a la realidad de la demanda, ubicando los proyectos junto a fábricas que puedan usarlo, evitando así construir una red de transporte por toda la geografía española», concluye.