El buen tiempo, la gastronomía, las playas de aguas cristalinas y un casco histórico de ensueño se han convertido en los principales atractivos de la capital balear. La prestigiosa revista Forbes ha incluido recientemente a Palma de Mallorca entre las ciudades europeas imprescindibles para visitar este 2025, consolidando así su creciente popularidad entre los viajeros internacionales. Este reconocimiento no ha hecho más que reforzar lo que muchos turistas ya sabían: Palma se ha transformado en un destino de primer nivel que combina a la perfección tradición mediterránea con una oferta moderna y sofisticada.
El auge de la capital mallorquina no es casualidad ni producto de una moda pasajera. Durante los últimos años, Palma ha experimentado una transformación radical que ha sabido mantener su esencia mientras se reinventaba como destino urbano de calidad, apostando por un turismo más sostenible y experiencial que atrae a un público cada vez más exigente. La combinación de su riqueza patrimonial, su excelente clima durante prácticamente todo el año y una escena gastronómica en constante evolución han convertido a esta joya mediterránea en uno de los destinos urbanos con mayor proyección de España, algo que no ha pasado desapercibido para publicaciones de referencia mundial como Forbes.
1LA TRANSFORMACIÓN DE PALMA: DE CIUDAD DE PASO A DESTINO ESTRELLA

Hasta hace apenas una década, Palma era considerada por muchos turistas como un simple punto de entrada a las playas y calas de Mallorca, una ciudad de paso donde apenas se permanecía el tiempo necesario antes de dirigirse a los complejos turísticos de la costa. Esta percepción ha cambiado radicalmente en los últimos años gracias a una estrategia turística que ha puesto en valor los numerosos atractivos de la capital balear.
La publicación de Forbes ha sido solo la última en sumarse al creciente reconocimiento internacional de Palma, destacando especialmente su equilibrio entre el patrimonio histórico y una oferta de ocio contemporánea que satisface las demandas de los nuevos viajeros. Esta metamorfosis ha sido fruto de un esfuerzo conjunto entre administraciones públicas y sector privado, que han entendido la necesidad de diversificar la oferta turística más allá del tradicional modelo de sol y playa. La apuesta por un turismo urbano de calidad ha permitido reducir la estacionalidad y atraer a un perfil de visitante que busca experiencias culturales, gastronómicas y de bienestar, además de disfrutar del maravilloso entorno natural que rodea la ciudad.