miércoles, 19 marzo 2025

«Barriga por cortisol», el tipo de grasa abdominal que pocos conocen y cómo acabar con ella

La acumulación de grasa abdominal constituye una de las principales preocupaciones para quienes buscan mejorar su salud y apariencia física. El cortisol, conocido popularmente como la hormona del estrés, juega un papel determinante en la formación de un tipo específico de barriga que resulta especialmente difícil de combatir mediante métodos convencionales. Esta peculiar acumulación de grasa visceral no solo afecta a la estética corporal, sino que supone un importante factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

La sociedad actual, caracterizada por ritmos frenéticos y altos niveles de presión, ha provocado que los casos de barriga por cortisol aumenten significativamente en los últimos años. Los expertos advierten que el desconocimiento generalizado sobre este fenómeno impide que muchas personas identifiquen correctamente el origen de su problema y, por tanto, fracasen repetidamente en sus intentos de eliminar esa grasa localizada mediante dietas restrictivas o ejercicios intensivos. Comprender los mecanismos hormonales que intervienen en este proceso resulta fundamental para implementar estrategias efectivas que permitan recuperar un vientre plano y, lo más importante, mejorar la salud integral.

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ESTRATEGIAS EFECTIVAS PARA REDUCIR LOS NIVELES DE CORTISOL EN TU ORGANISMO

Fuente Freepik

La gestión eficaz del estrés constituye el pilar fundamental para reducir los niveles de cortisol y, consecuentemente, combatir la acumulación de grasa abdominal asociada a esta hormona. Técnicas como la meditación mindfulness, el yoga o la respiración profunda han demostrado científicamente su capacidad para regular la respuesta de estrés del organismo, disminuyendo la secreción excesiva de cortisol en cuestión de semanas. Un estudio reciente publicado en la revista European Journal of Endocrinology reveló que los participantes que practicaban técnicas de relajación durante 20 minutos diarios consiguieron reducir sus niveles de cortisol en un 23% y experimentaron una disminución significativa de la grasa visceral abdominal tras tres meses de práctica constante, sin realizar cambios adicionales en su alimentación o actividad física.

El sueño reparador representa otro factor crucial frecuentemente subestimado en la lucha contra la barriga por cortisol. Durante las fases profundas del sueño, el organismo regula naturalmente la producción de esta hormona, permitiendo que los niveles se normalicen. Los especialistas recomiendan establecer rutinas consistentes de descanso, procurando dormir entre siete y ocho horas diarias en un entorno fresco, oscuro y libre de distracciones electrónicas. Investigaciones recientes han demostrado que incluso una sola noche de sueño insuficiente puede elevar los niveles de cortisol hasta en un 45%, favoreciendo inmediatamente el almacenamiento de grasa en la zona abdominal y alterando las señales de hambre y saciedad al día siguiente, lo que explica por qué las personas con patrones de sueño irregulares tienden a desarrollar más fácilmente este tipo específico de barriga.


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