lunes, 17 marzo 2025

Mejorar la eficiencia en lugar de reducir la demanda es la clave para descarbonizar la vivienda

El informe ‘Descarbonización de edificios’, realizado por el think tank Oikos, propone un cambio de enfoque para agilizar este proceso: centrarse en incrementar el ahorro energético de los inmuebles más ineficientes en lugar de dirigir todos los esfuerzos en reducir la demanda. Con este cambio de paradigma, opina la organización, se podrían descarbonizar cuatro millones de viviendas, lo que permitiría ahorrarle a la atmósfera 3,9 millones de toneladas de CO2 anuales.

De estos cuatro millones de viviendas, 2,4 millones podrían descarbonizarse a través de actuaciones de aislamiento; 1,2 millones mediante el impulso de la aerotermia y alrededor de 300.000 impulsando las redes de calor. Este potencial, que Oikos estima a largo plazo, casi triplica los objetivos del gobierno para 2030.

PONER EL ÉNFASIS EN LOS USUARIOS INTENSIVOS

El think tank concluye en este estudio que las políticas de descarbonización deben enfocarse de modo prioritario en los usuarios intensivos -las viviendas que consumen más energía- al ser más barato, rentable y evitar más toneladas de CO2 por cada euro de subvención pública frente a la estrategia actual. En su estudio concluyen que los ahorros que las viviendas intensivas en energía tendrían, compensarían la inversión en eficiencia, facilitando su financiación y reduciendo el gasto público en subvenciones.

Oikos aporta propuestas innovadoras para abordar los problemas del sector de los edificios en España que representa el 25% de las emisiones de gases invernadero, lo que lo convierte en un área prioritaria para la transición energética. Además, dado que la calefacción de los edificios en España es altamente dependiente de las calderas de gas y de gasoil, las propuestas ayudarían a reducir las importaciones de combustibles fósiles y tendrían un importante beneficio para la seguridad energética y balanza comercial española.

«Nuestro análisis apunta a que existe una masa de viviendas altamente intensivas en energía para las que las inversiones en eficiencia energética son una opción económicamente atractiva. Por eso incluimos propuestas para hacer aflorar esas situaciones, que los propietarios perciban el incentivo económico de la inversión y la lleven a cabo», sostiene Luis Quiroga, confundador de Oikos.

VIVIENDAS VETUSTAS Y CONTAMINANTES

Más del 55% de las viviendas españolas se construyeron antes de 1980, previamente a la entrada en vigor de normativas de eficiencia energética. Como resultado, una gran parte del parque tiene calificaciones energéticas bajas (E, F o G), con solo el 1% alcanzando una calificación A.

Las viviendas unifamiliares predominan en áreas rurales y representan el 33% de las viviendas españolas frente al 67% de las plurifamiliares. Al tener mayores superficies expuestas que las viviendas plurifamiliares son menos eficientes energéticamente, y además tienden a depender en mayor proporción de combustibles fósiles altamente contaminantes como el gasóleo. Por eso cuando son usadas como viviendas principales, tienden a consumir más energía, de acuerdo con los modelos teóricos usados por Oikos.

Al partir de un mayor consumo, los ahorros generados por la inversión en descarbonizar los usuarios intensivos son mayores, recuperándose antes la inversión, lo que permite que las inversiones en aislamiento y electrificación de este tipo de viviendas sean autofinanciables. La electrificación se realiza principalmente a través de sustituir calderas de gas o gasóleo por bombas de calor, si bien es técnicamente más fácil en viviendas unifamiliares que en edificios plurifamiliares, que pueden no contar con el espacio necesario.

Para áreas urbanas densas con edificios multifamiliares, las redes de calor y frío son una solución de descarbonización al permitir utilizar fuentes de calor no basadas en combustibles fósiles. En los climas fríos, estas redes pueden ofrecer una solución más económica que las calderas de gas y gasoil y reducir costes del sistema energético en un 17-20% al aprovechar el calor residual de procesos industriales, plantas de tratamiento de residuos y otras actividades que de otro modo se desperdiciaría.

MINIMIZAR EL COSTE SOCIAL

La diferente fiscalidad sobre el gas y la electricidad produce un desincentivo a la electrificación. Actualmente, el precio del gas es entre tres y cuatro veces más barato que la electricidad en términos de energía útil. Reequilibrar con ajustes fiscales esta diferencia, como se está haciendo en otros países de nuestro entorno, permitiría incentivar una transición más rápida hacia soluciones electrificadas en España.

Las propuestas expuestas en el informe para avanzar en la descarbonización de las viviendas de España están formuladas desde la perspectiva de minimizar el coste social, identificando aquellas actuaciones que maximizan la reducción de emisiones al menor coste social posible y, también, desde la perspectiva de realizar aportaciones innovadoras y adicionales a las que ya existen.

La propuesta de políticas públicas se materializa en cinco principios: de ‘eficiencia primero’ a ‘descarbonización primero’; ayudas públicas que prioricen el menor coste social; descarbonizar a los ‘usuarios intensivos’; planes de descarbonización para los edificios de viviendas plurifamiliares, el reequilibrio relativo de los precios del gas y electricidad y el fomento de las redes de calor.


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