Circular por las carreteras españolas implica una responsabilidad que va más allá de conocer las normas de tráfico y respetar los límites de velocidad. La multa por no llevar la documentación obligatoria puede convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para cualquier conductor despistado, especialmente cuando se trata de documentos tan esenciales como los que establece la Dirección General de Tráfico. Este tipo de infracciones, aunque pueda parecer menor en comparación con otras más graves, supone un porcentaje considerable de las sanciones impuestas cada año en nuestro país.
No es ningún secreto que los controles rutinarios de la Guardia Civil de Tráfico se han intensificado en los últimos tiempos, especialmente coincidiendo con los periodos vacacionales y los puentes festivos. En estos controles, la verificación de la documentación obligatoria constituye uno de los primeros pasos del protocolo que siguen los agentes. Muchos conductores desconocen la importancia de llevar al día estos papeles y las consecuencias económicas que puede acarrear esta negligencia, que en algunos casos puede superar los 500 euros según la gravedad y la reincidencia.
3PERMISO DE CIRCULACIÓN: LA IDENTIDAD DE TU VEHÍCULO

El permiso de circulación es al vehículo lo que el DNI es a una persona: su documento de identidad. Este papel certifica que el coche está legalmente autorizado para circular por las vías públicas españolas y contiene información esencial como la matrícula, las características técnicas básicas y, muy importante, quién figura como titular legal del vehículo ante la administración, dato fundamental en caso de multas, impuestos o responsabilidades derivadas de accidentes.
La multa por no llevar este documento durante la conducción asciende también a 200 euros, reducibles si se abona en plazo. Sin embargo, las consecuencias pueden complicarse si los datos del permiso no están actualizados, como ocurre cuando se ha realizado un cambio de titular sin comunicarlo oficialmente a la DGT o cuando el vehículo procede de otro país y no se han completado los trámites de matriculación en España. En estos casos, además de la multa correspondiente, los agentes pueden proceder a la inmovilización del vehículo hasta que se subsanen las irregularidades, generando molestias adicionales y posibles costes de depósito.