El pasado 7 de marzo, La 1 de TVE concluyó una parte importante de su programación con el último episodio de ‘La Moderna’, una serie de época que durante las tres temporadas que ha durado, ha conseguido captar la esencia de esos años 30 mediante las vidas que llevaban las trabajadoras de un Salón de Té. La cancelación de la serie aún está presente entre su espectador, con muchas más preguntas que respuestas, por lo que pudo llegar a ser ‘La Moderna’, pues ese final dejó tramas sin cerrar, historias por contar en un marco realmente atractivo.
En esos veleidosos caminos de la realización de la serie, los guionistas Miquel Peidro y Carlos Martín charlaron en una exclusiva para El Independiente sobre algunos de los planes que finalmente no pudieron desarrollarse y del trabajo que fue la adaptación del libro de Luisa Carnés ‘Tea Rooms. Mujeres obreras’ todo ello contando historias que se desarrollaban continuamente, aunque no siempre como a sus creadores les hubiera gustado.
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No hay que pensar que ‘La Moderna’ aparece de la nada. Su propio germen se encuentra ya en la novela ‘Tea Rooms. Mujeres obreras’, escrita por Luisa Carnés en 1934. El libro que narra la vida de las mujeres obreras de la España anterior a la Guerra Civil, aunque Carlos Martín afirmaba que la adaptación fue “muy libre”, ya que había que tratar de intentar incorporar temas como el feminismo y los movimientos sociales del momento y de la manera en que se interpela a la historia con mucha delicadeza.
La novela presenta historias muy crudas para las que no fue posible transpolar al medio porque conlleva grandes dosis de dramatismo. La historia Miguel y Trini que en el libro es tremendamente dramática, en la novela tiene un trabajo y tiene que ir a pagar la medicina de él, volviéndose un relato mucho más amable. Lo mismo ocurre con Laurita. En la novela puede leerse que finalmente aborta, pero en la serie se convierte en un accidente. Estos cambios en ningún caso son casuales –a los creadores les costó modificarlas y adaptarlas-, sino que son producto de una decisión de los guionistas para encontrar un equilibrio entre la verdad y la estructura de la serie”, explicaba Peidro.
El guionista destacó que aunque la novela era un punto de partida interesante no le bastaba para marcar el camino de una serie apañada de largo recorrido: “Determinadas temáticas han ido dispersándose a lo largo de la serie de manera que nunca se pierde el espíritu de la novela”, aportó Carlos Martín. Esto hizo que tuviéramos que ir creadas escenas, personajes, tramas… Para que a todas luces también ‘La Moderna’ tuviese un universo propio, pero sin perder la esencia original.
El resultado fue que darse cuenta de que por muy inspirada que pueda estar la serie por la novela de Carnés, toma muy rápidamente su propia vida y en ese sentido. La Moderna no se convierte en la historia social de la época, sino que deja al descubierto en el retrato de las complejidades y contradicciones de los propios personajes de la serie, tal y como Pascual explicaba, resonando con el público. Para concluir, se habla de un universo a partir de una narrativa que ha de tener en cuenta las temáticas universales y que acaban articulándose en la búsqueda de los temas de la lucha por la igualdad, por la identidad, en un mundo cambiante.