Al informe Draghi se le daban vueltas porque dio en el clavo de los problemas que arrastraba la Unión Europea para ser un bloque económico fuerte, hasta que ha llegado Donald Trump a la Casa Blanca, y ha decidido atacar con aranceles e insultos al grupo de los 27: ahora al famoso informe se le está centrifugando. Al diagnóstico preocupante sobre la competitividad europea que realiza el ex presidente del Banco Central Europeo, si se afina, se le pueden poner cifras. Nada menos que 800.000 millones de euros anuales necesita Europa para recuperar su competitividad global, un 4,7% del PIB actual para cerrar la creciente brecha con Estados Unidos y China en innovación, digitalización y transición energética.
Estas cifras han sido analizadas por la consultora tecnológica española especializada en el sector financiero y asegurador, que ha centrifugado el informe Draghi hasta poder señalar donde tenemos las heridas que supuran en Europa. Según su investigación, la brecha del PIB europeo respecto a EE.UU. ha pasado del 15% al 30% en los últimos 20 años, «lo que refleja una pérdida de dinamismo económico frente a sus principales competidores».
sin una acción inmediata, Europa corre el riesgo de seguir perdiendo relevancia económica global frente a sus principales competidores, especialmente en el contexto del nuevo orden mundial
Así, mientras que el PIB de Estados Unidos ha crecido un 72% desde 2007, la Unión Europea solo ha avanzado un 21% en el mismo período. Por su parte, China ha experimentado un crecimiento del 270%, «consolidándose como el mayor rival económico del bloque europeo».
Y ¿por qué pierde Europa competitividad?, pues según los analistas por el bajo crecimiento, la energía cara y lo rezagada que va en innovación, pese al acelerón que se ha dado con las inversión de los fondos Next Generation. El estudio realizado identifica cinco grandes obstáculos estructurales que impiden a la UE competir en igualdad de condiciones con otras potencias.
La falta de inversión en I+D es el primero. «Estados Unidos y China superan ampliamente a la UE en innovación. En 2023, las siete grandes tecnológicas estadounidenses invirtieron 200.000 millones de dólares en I+D, equivalente al 50% de toda la inversión en I+D pública y privada de la UE». Si, esta verdad la tenemos todos en mente.
La segunda cuestión pensábamos que estábamos en el camino para resolverla; la de la dependencia energética no sostenible. Al parecer la UE sigue dependiendo de importaciones energéticas, lo que encarece su producción y afecta su competitividad. Mientras que China destinó 300.000 millones de dólares en subsidios energéticos en 2023 para reducir costes empresariales y domésticos, Europa afronta precios de la electricidad mucho más elevados. Tenemos que seguir invirtiendo en el sol, en hidrógeno, remirar lo de la energía nuclear…
El gran asunto es el que somos, como bloque, un mercado fragmentado, y las regulaciones nacionales dispares dificultan la expansión empresarial y limitan la atracción de inversión extranjera. Solo el 25% de las grandes empresas europeas realizan ventas transfronterizas online, en comparación con el 50% en EE.UU. Ahí están líderes empresariales como Marc Murtra para proponer una consolidación del mercado europeo al menos en la industria de las telecomunicaciones. No será para enseguida, pero tendrá que ser.
No somos un bloque tan, tan rico, como para paliar el déficit de inversión privada. Para recuperar su competitividad, Europa necesita elevar su tasa de inversión del 22% al 27% del PIB en la próxima década. Y por último todavía adolecemos de cierta brecha digital, es decir, que existe una desigualdad en infraestructuras tecnológicas entre países y regiones europeas que ralentiza la transformación económica y reduce la productividad.

DRAGHI Y QARACTER SABEN CÓMO TANSFORMAR LA ECONOMÍA EUROPEA
El CEO de Qaracter, la consultora responsable del estudio, es categórico respecto a las conclusiones; «Europa está en una encrucijada. Si no invertimos estratégicamente en innovación, digitalización y energía renovable, corremos el riesgo de quedarnos atrás de forma irreversible. La UE necesita decisiones audaces y coordinación efectiva para atraer inversión, fomentar la competitividad y garantizar un crecimiento sostenible».
Desde la consultora plantean que para hacer frente a estos desafíos, y en concordancia con el informe Draghi, hay que apoyar una estrategia de inversión enfocada en tres áreas clave. Una es la transformación digital, y para ello proponen la creación de un Fondo Europeo de Digitalización para modernizar empresas, impulsar el emprendimiento tecnológico y desplegar infraestructura 5G y fibra óptica en toda la UE.
La UE necesita decisiones audaces y coordinación efectiva para atraer inversión, fomentar la competitividad y garantizar un crecimiento sostenible
El segundo reto es el de la independencia energética. En esta área la UE «debe acelerar la transición hacia energías renovables, aumentar su capacidad de almacenamiento energético y diversificar sus fuentes de suministro», y se distinguirá de EE.UU y se alcanzará los niveles del bloque chino. El objetivo es que para 2030, al menos el 50% del consumo energético europeo provenga de fuentes limpias.
La simplificación regulatoria es, por último, clave. Hay que «unificar normativas para eliminar barreras burocráticas y facilitar la inversión. Actualmente, el acceso a financiación para startups en la UE es tres veces menor que en EE.UU., lo que limita el crecimiento de empresas innovadoras«.
El informe concluye que, sin una acción inmediata, Europa corre el riesgo de seguir perdiendo relevancia económica global frente a sus principales competidores, especialmente en el contexto del nuevo orden mundial, cada vez más condicionado por la geopolítica y el auge de los neoimperialismos internacionales, que debilitan aún más su posición competitiva.