viernes, 14 marzo 2025

Iberdrola corteja a Trump trasladando su plan de redes a Estados Unidos

Hace un año, Iberdrola puso a punto una receta estratégica que consistía en priorizar el desarrollo de las redes en detrimento del volátil negocio de renovables. En la actualidad, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha puesto en guardia a las energéticas españolas presentes en EEUU, ya que el magnate neoyorquino es notorio por su frenesí arancelario y su alergia a todo lo ‘verde’; en consecuencia, la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán ha decidido hacer de la necesidad virtud y presentar a Washington un plan de infraestructuras eléctricas que no puede rechazar.

UNA OFERTA DE 20.000 MILLONES DE DÓLARES

Galán ha aprovechado el Congreso CERAWeek, organizado por S&P Global en Houston (Texas) para mantener encuentros con los máximos responsables de la política energética de Estados Unidos: el secretario de Energía, Chris Wright, y Doug Burgum, presidente del Consejo Nacional de Dominio Energético y secretario de Interior. El presidente de Iberdrola les ha acariciado los oídos prometiendo cinco dígitos de inversión adicional en redes eléctricas.

«Estados Unidos es uno de los principales destinos de inversión de Iberdrola. A los 50.000 millones de dólares invertidos en los últimos 20 años vamos a añadir más de 20.000 millones de dólares de aquí al final de la década para modernizar, expandir y digitalizar las infraestructuras de redes, haciendo posible el incremento de demanda esperado en el país», afirma Galán.

Iberdrola, por tanto, se centrará en ofrecer el transporte necesario para una demanda eléctrica que en los próximos años crecerá vertiginosamente en el país norteamericano. De este modo, la compañía replica en EEUU el ‘golpe de timón’ consagrado en su actualización estratégica de hace un año, que relega el negocio de renovables en favor del desarrollo de la infraestructura eléctrica. La energética vasca ha decidido no remar contra la ‘marea Trump’, y es que no es poco lo que se juega en el envite.

IBERDROLA AL OTRO LADO DEL ‘CHARCO’: LA INTEGRACIÓN DE AVANGRID

En el último año, la compañía española se ha visto obligada a atravesar la maraña administrativa estadounidense para garantizar la completa integración de Avangrid en el grupo.

Iberdrola finalmente culminó la adquisición del 18,4% de las acciones que no controlaba, una vez que la Comisión de Nueva York, la última institución del largo rosario de administraciones por las que ha pasado el control de la operación, diera el OK. La transacción llegaba así a buen puerto después de que haber sido evaluada también por la Comisión Federal de Regulación de la Energía (FERC) y el regulador de estado de Maine, entre otros.

Iberdrola comunicó al respecto que la operación permitiría a la empresa «invertir en Estados Unidos de manera más eficiente». La filial, afirmó, «podrá participar en nuevos proyectos de infraestructura energética en sus negocios de redes y renovables de manera más económica, representando una inversión significativa en las comunidades locales y generando cientos de empleos directos e indirectos». Dichos proyectos «permitirán crear una red eléctrica más robusta, resiliente y confiable, y ayudarán a satisfacer la creciente demanda de las empresas de servicios públicos y centros de datos».

Tras 20 años en Estados Unidos, Iberdrola tiene activos por 50.000 millones de dólares en 24 estados de la Unión, da empleo a más de 9.000 personas en el país y sostiene a través de sus compras un total de 70.000 empleos. El 80% del negocio de Iberdrola en el gigante norteamericano son redes eléctricas. En la actualidad, la compañía opera más de 170.000 kilómetros de líneas eléctricas en los estados de Nueva York, Connecticut, Maine y Massachusetts, entre otros. Además, cuenta con una potencia instalada de alrededor de 10.000 megavatios (MW).


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