Las cocinas españolas han experimentado una auténtica revolución en los últimos años con la llegada de electrodomésticos que prometen comidas más saludables sin renunciar al sabor. La freidora de aire se ha convertido en el dispositivo estrella en millones de hogares, conquistando a familias enteras por su versatilidad y facilidad de uso. Su popularidad no es casualidad: permite disfrutar de alimentos crujientes con hasta un 80% menos de aceite, manteniendo texturas y sabores similares a los fritos tradicionales.
Sin embargo, no todo son ventajas cuando hablamos de estos modernos electrodomésticos. Muchos usuarios cometen errores habituales que no solo afectan al rendimiento de su freidora de aire, sino que pueden acortar drásticamente su vida útil. Desde prácticas incorrectas de limpieza hasta hábitos de uso que sobrepasan los límites del aparato, estos fallos cotidianos están provocando que miles de españoles tengan que reemplazar sus dispositivos antes de tiempo, generando un gasto innecesario y evitable con los conocimientos adecuados.
1LIMPIEZA INCORRECTA: EL ENEMIGO SILENCIOSO DE TU FREIDORA

La acumulación de residuos y grasa es uno de los mayores problemas que enfrentan los propietarios de estos electrodomésticos. Muchos usuarios desconocen que después de cada uso, los restos de alimentos y grasas permanecen en la cesta y el interior del aparato, formando una capa que con el tiempo puede afectar seriamente el funcionamiento, reduciendo la eficacia de la circulación de aire caliente. Esta situación no solo disminuye la capacidad para cocinar de manera uniforme, sino que también puede generar humos y olores desagradables durante su funcionamiento.
Otro error común relacionado con la limpieza es utilizar utensilios metálicos o estropajos abrasivos para eliminar los restos adheridos. Las cestas de las freidoras de aire generalmente están recubiertas con materiales antiadherentes que pueden dañarse fácilmente, perdiendo sus propiedades y haciendo que los alimentos se peguen cada vez más en usos posteriores. Una vez que el recubrimiento se daña, no hay vuelta atrás, y la funcionalidad del electrodoméstico queda comprometida permanentemente, obligando al consumidor a contemplar la posibilidad de una sustitución completa de la cesta o incluso del aparato.
La frecuencia de limpieza también juega un papel crucial en la conservación de tu freidora de aire. Esperar a que se acumule demasiada suciedad antes de limpiarla supone un grave error, ya que los residuos se endurecen y se vuelven más difíciles de eliminar con el paso del tiempo, pudiendo incluso generar pequeños incendios si entran en contacto con las resistencias. Los fabricantes recomiendan una limpieza después de cada uso, esperando a que el aparato se enfríe por completo para evitar deformaciones en las piezas plásticas y garantizar una manipulación segura durante el proceso de mantenimiento.