miércoles, 12 marzo 2025

Los riders autónomos de Glovo reclaman que las flotas los dejan sin pedidos

La realidad de los repartidores de Glovo que siguen siendo autónomos a la espera de que la empresa termine su proceso de contratación, es cada día más complicada. Mientras que el unicornio español espera completar en verano un proceso que, según ha repetido una y otra vez, su fundador y consejero delegado, Oscar Pierre, le costará al unicornio español alrededor de 100 millones de euros, los repartidores siguen con los problemas que van de la mano de su situación de autónomos y además ahora se ven complicados a competir, de tú a tú, con las flotas que empiezan a formarse en las grandes ciudades de España.

Lo cierto es que los riders autónomos aseguran que, a medida que han ido creciendo estas flotas de repartidores contratados, se han visto apartados de la mayoría de los pedidos. Para unos repartidores cuyo ingreso semanal sigue dependiendo de su facturación, esta realidad hace que el día a día sea más difícil de lo que era cuando empezaron a trabajar con Glovo o con alguno de sus competidores como la extinta Deliveroo o Uber Eats. Estos repartidores aseguran que la aplicación le está dando prioridad a las flotas, aunque desde la propia empresa española aseguran que el algoritmo que la gobierna no es capaz de esta distinción. 

En cualquier caso, no es primera vez que los riders se quejan de la falta de pedidos, y del efecto que esto tiene en sus ingresos. Ya ha ocurrido en el pasado, cuando los repartidores han asegurado que el exceso de trabajadores suscritos a la plataforma reducía el total de los ingresos de cada uno, y hacía que los tiempos de espera, por los que no reciben dinero, fuesen cada día más largos. Es un problema que empeora los días de buen clima, o en temporadas de muchos viajes, donde se reduce todavía más el total de pedidos de la plataforma.

Oscar Pierre en la MWC de 2022. Fuente: Agencias
Oscar Pierre en la MWC de 2022. Fuente: Agencias

Esto también ha hecho que muchos de los riders deban recurrir a trabajar en las horas que, de momento, las plataformas no asumen como prioridad. Esto afecta sobre todo a los riders que, hasta el momento, se habían organizado para trabajar en horarios nocturnos, sobre todo de madrugada, que hasta el momento recibían un bonus en cada pedido, que se reflejaba también en el costo extra que pagaban los usuarios por los pedidos en horarios nocturnos. 

En cualquier caso, la situación de los riders es simplemente un dato más dentro del complicado rompecabezas que Glovo ha tenido que ensamblar desde la entrada en vigor de la controvertida Ley Rider. Lo cierto es que la decisión de contratar a los repartidores cambia, de forma radical, todo el funcionamiento de estas plataformas y que el anuncio afectó incluso el valor de su empresa matriz, la alemana Delivery Hero.

Incluso así es bueno recordar que estos trabajadores son el eslabón más débil de la empresa, y que muchos de ellos no funcionan ni siquiera como autónomos, sino que pagan a otro para poder operar con su cuenta, algo que desde el unicornio español no han podido evitar a pesar de sus intentos. 

GLOVO Y SU IMPOSIBLE PROCESO DE TRANSFORMACIÓN

Lo cierto es que la situación ha dejado a Glovo un tanto tocada de cara al futuro inmediato. La empresa de entrega de alimentos no solo debe cuidar a sus repartidores, algo que ya asumen que es complicado, sino que además deben hacerlo de forma de seguir siendo competitivos frente a Just Eat, plataforma que también contrata a sus repartidores, y Uber Eats, que de momento no lo hace y defiende que la situación de sus repartidores es la de autónomos que cumplen con la ley. 

Parte de este esfuerzo pasa por la reducción que habrá en la nómina de la plataforma. Desde ya informan que trabajaran con menos repartidores, pues al tenerlos en nómina y cumpliendo con horarios no es necesario tener los números actuales que hacen que sea necesario acumular un número grande pues, al menos en teoría aunque en la práctica ocurra otra cosa, al ser autónomos pueden definir en qué horario trabajar y en qué zonas, además de tener influencia sobre los ingresos que reciben por cada pedido. 

Lo cierto es que los 100 millones de euros que tendrán que desembolsar para pagar por el cambio de modelo parecen más fáciles que esta organización. El tener repartidores suficientes no solo para que siempre haya algunos de ellos disponibles, sino para mantener los niveles de inmediatez necesarios para seguir siendo competitivos. 

UNA PARTE DE LOS RIDERS SE QUEDARÁN SIN TRABAJO

Lo cierto es que las declaraciones de Oscar Pierre y este tipo de situaciones dejan claro que una parte de los repartidores que de momento trabajan con Glovo no tendrán trabajo una vez que se complete el proceso de contratación. Es una realidad que se debe tener en cuenta, que la aprobación de la ley rider también dejará a algunos de estos trabajadores sin lo que hasta ahora era su forma de sustento. 

Los primeros en caer de la cuerda serán, como casi siempre, los migrantes que trabajan con cuentas alquiladas y que siguen en proceso de regularizar su presencia en España. Para estos la opción de Glovo, o de otras plataformas como Uber Eats, era clave para sobrevivir y la decisión del unicornio español los deja sin ningún tipo de solución en el corto o mediano plazo. 


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