El pescado es uno de los alimentos más completos y saludables que existen. Su alto contenido en proteínas, ácidos grasos Omega-3 y vitaminas lo convierten en un elemento imprescindible dentro de una dieta equilibrada. Además de ser una fuente de nutrientes esenciales, su consumo regular está asociado con beneficios para la salud cardiovascular, el desarrollo cognitivo y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
A pesar de sus múltiples beneficios, no todos los pescados son igual de recomendables. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alertado sobre la presencia de altos niveles de mercurio en algunas especies, lo que puede representar un riesgo para la salud si se consumen con frecuencia. Este metal pesado es altamente tóxico y su acumulación en el organismo puede provocar problemas neurológicos y otras afecciones graves. Para evitar riesgos, es crucial conocer qué tipos de pescado se pueden consumir sin preocupación y cuáles deben limitarse o evitarse por completo.
3Opciones seguras para seguir disfrutando del pescado

Afortunadamente, existen alternativas más seguras y saludables que permiten seguir disfrutando del pescado sin preocupaciones. La OCU recomienda optar por especies de menor tamaño, menos propensas a la acumulación de mercurio. Algunas opciones ideales son las sardinas, la dorada, la trucha, el lenguado, el salmón, los mejillones y las almejas.
Estos pescados no solo contienen niveles bajos de mercurio, sino que también ofrecen una excelente fuente de proteínas, vitaminas y minerales esenciales. Incorporarlos con más frecuencia en la dieta es la mejor manera de seguir beneficiándose del consumo de pescado sin riesgos asociados.