El pescado es uno de los alimentos más completos y saludables que existen. Su alto contenido en proteínas, ácidos grasos Omega-3 y vitaminas lo convierten en un elemento imprescindible dentro de una dieta equilibrada. Además de ser una fuente de nutrientes esenciales, su consumo regular está asociado con beneficios para la salud cardiovascular, el desarrollo cognitivo y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
A pesar de sus múltiples beneficios, no todos los pescados son igual de recomendables. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alertado sobre la presencia de altos niveles de mercurio en algunas especies, lo que puede representar un riesgo para la salud si se consumen con frecuencia. Este metal pesado es altamente tóxico y su acumulación en el organismo puede provocar problemas neurológicos y otras afecciones graves. Para evitar riesgos, es crucial conocer qué tipos de pescado se pueden consumir sin preocupación y cuáles deben limitarse o evitarse por completo.
1El mercurio en el pescado: ¿qué dice la OCU?

El mercurio es un contaminante que se encuentra en el agua de los océanos y que termina acumulándose en la carne de los peces. Su presencia es inevitable debido a la contaminación ambiental, pero el problema radica en que no todos los pescados absorben la misma cantidad de mercurio.
Cuanto más grande y longevo es el pescado, mayor será la concentración de este metal en su organismo. Esto se debe a que los peces predadores, aquellos que se alimentan de otras especies más pequeñas, van acumulando mercurio a lo largo de los años. El resultado es que algunos pescados pueden contener niveles preocupantes de este metal, lo que hace que su consumo frecuente sea desaconsejable.
La OCU ha realizado un estudio analizando más de un centenar de productos del mercado, incluyendo pescados frescos, congelados y enlatados. Los resultados han sido claros: no todos los pescados son seguros para un consumo regular.