Parece que esta vez va en serio: la OPEP+ ha confirmado que procederá con el aumento progresivo en la producción de petróleo a partir de abril. Después de muchos amagos, indecisiones y retrasos, el cártel finalmente ‘abrirá el grifo’, lo que, sumado a la inminente imposición de aranceles estadounidenses sobre Canadá, México y China, ha arrastrado los precios del crudo a mínimos de tres meses.
Los miembros de la OPEP+, que integra a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y su ‘círculo exterior’, encabezado por Rusia, tomaron la decisión tras una reunión telemática entre algunos de sus socios más relevantes. Según cálculos de Reuters, el incremento inicial ascenderá a 138.000 barriles diarios.
«Este aumento gradual puede ser pausado o revertido dependiendo de las condiciones del mercado» -ha advertido el bloque mediante un comunicado- «Esta flexibilidad permitirá al grupo continuar apoyando la estabilidad del mercado petrolero».
LA OPEP+, ABRUMADA POR LA PRESIÓN DE TRUMP
Inicialmente, los aumentos estaban programados para comenzar a un ritmo de 180.000 barriles diarios en enero. Sin embargo, en diciembre la organización retrocedió, disponiendo que los aumentos comenzaran en abril y a un ritmo más pausado.
Desde el inicio de su mandato, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha estado trabajando incansablemente para abaratar el petróleo. Además del archiconocido lema de producción interna -drill, baby, drill-, el magnate no ha dudado en ejercer presión sobre la OPEP, vinculando el precio del crudo con la capacidad bélica de Rusia y responsabilizando indirectamente al cártel de financiar la invasión de Ucrania.
«Una forma de detenerlo rápidamente es que la OPEP deje de ganar tanto dinero y baje el precio del petróleo… Esa guerra [entre Rusia y Ucrania] terminará de inmediato», dijo Trump en declaraciones recogidas por Reuters.
La tesis de Trump es que un crudo más barato perjudicaría las finanzas de Rusia, rica en petróleo, y ayudaría a poner fin a la guerra en Ucrania.

Paradójicamente, el petróleo cotizaba en un rango de entre 70 y 82 dólares por barril hasta hace pocas semanas, y la causa del alza fue, precisamente, el temor a nuevas sanciones de EEUU sobre grandes productores de petróleo como Irán, Rusia y Venezuela, así como la posible imposición de aranceles estadounidenses a China, factores que podrían reducir la demanda.
El inicio de las conversaciones dirigidas a alcanzar una paz en Ucrania facilitó que los precios se relajasen de nuevo, ante la perspectiva de la reactivación del abastecimiento ruso. Sin embargo, el inquilino de la Casa Blanca no tardó en avivar la inquietud de nuevo con su decisión de cancelar la licencia de Chevron para operar en Venezuela y la confirmación de sus planes de reducir a cero las importaciones de petróleo iraní.
La política de Trump respecto al mercado del petróleo es, en resumidas cuentas, una contradictoria maraña de restricciones y acicates, difícil de descifrar. Su visión general pasa por contener los precios, pero sin que eso suponga condicionante alguno para tomar represalias contra sus rivales.
EL PRECIO DEL PETRÓLEO, EN ‘MODO AHORRO’
Todos los ingredientes mencionados han reaccionado en una alquimia bajista que ha dejado los precios en mínimos de tres meses. Este martes, los futuros del barril Brent, de referencia en Europa, cayeron 90 centavos, o un 1,26%, hasta los 70,72 dólares por barril; mientras que el crudo West Texas Intermediate (WTI) de EEUU bajó 79 centavos, o un 1.16%, hasta 67.58 dólares.
«La tendencia bajista actual en los precios del petróleo está impulsada principalmente por la decisión de OPEP+ de aumentar la producción y la introducción de aranceles de EEUU», ha dicho Darren Lim, estratega de materias primas en Phillip Nova, en declaraciones recogidas por Reuters.
Añadió que otro factor fue la decisión del presidente Donald Trump de pausar toda la ayuda militar de EEUU a Ucrania tras su enfrentamiento en la Oficina Oval con el presidente Volodymyr Zelenski la semana pasada.
Lim se ha referido específicamente al levantamiento del cepo a la producción por parte de la OPEP+, considerando que «aunque esta decisión tiene como objetivo desmantelar gradualmente los recortes de producción previos, ha generado preocupaciones sobre un posible exceso de oferta en el mercado».
EL CRUDO, REHÉN DEL JUEGO GEOPOLÍTICO
Hay muchas y variadas razones para temer que la dinámica bajista del petróleo ha llegado para quedarse. Los expertos vaticinan que los aranceles de Trump pesen sobre la actividad económica y la demanda de combustible, ejerciendo presión a la baja sobre los precios del petróleo.
Los aranceles estadounidenses del 25% sobre las importaciones de Canadá y México entraron en vigor este martes, con tarifas del 10% sobre la energía canadiense, mientras que los gravámenes sobre importaciones de productos chinos aumentaron al 20% desde el 10%.
«Los participantes del mercado están luchando por evaluar el impacto de la avalancha de anuncios de políticas energéticas hechas por la administración Trump este mes» -escribieron los analistas de BMI en una nota difundida por Reuters– «Sin embargo, los factores a la baja, especialmente las medidas arancelarias de EE.UU., están ganando terreno en este momento».
A medida que los aranceles de EEUU entraron en vigor el martes, China respondió rápidamente anunciando aumentos de entre el 10% y el 15% en los aranceles de importación sobre una variedad de productos agrícolas y alimenticios estadounidenses, además de colocar a 25 empresas estadounidenses bajo restricciones de exportación e inversión.

«La tormenta perfecta para el crudo se ha intensificado. Los informes de que EEUU ha pausado la ayuda militar a Ucrania se ven como un paso previo al levantamiento de sanciones sobre el petróleo ruso», dijo a Reuters el analista de mercados de IG, Tony Sycamore.
«Esto también sucede al mismo tiempo que entran en vigor los aranceles de EEUU sobre Canadá, México y China, lo que desata temores de una guerra comercial» -agrega- «El crudo simplemente no puede tomar un respiro en este momento».
La nota discordante la ponen los analistas de Goldman Sachs, advirtiendo que los flujos de petróleo de Rusia están más restringidos por su objetivo de producción dentro de OPEP+ que por las sanciones, por lo que un alivio de estas últimas podría no aumentar significativamente la producción rusa.
El banco también señaló, no obstante, que una oferta de crudo mayor a la esperada y un impacto en la demanda debido a una actividad más débil en EEUU y la escalada de los aranceles representaban riesgos a la baja para las previsiones de precios del petróleo.