La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), presidida por Miguel Angel Feito, y dirigida por Ester Rodríguez Uceda, a través de OCU Ediciones, cobró más de 440.000 euros de la energética Octopus Energy, compañía que resultó ganadora de la última subasta energética que realiza la organización para recomendar tarifas a sus socios.
Esta práctica vuelve a poner en el foco a la OCU por un conflicto de interés y su definición como organización sin ánimo de lucro. Según publica El Confidencial, OCU Ediciones, la empresa paraguas de la actividad de organización, cobró en el año 2023 más de 440.000 euros de Octopus Energy, compañía británica cuyo CEO y fundador es Greg Jackson.
Esta cantidad se trataría de una ‘comisión’ que los ganadores de las subastas de energía pagarían a OCU Ediciones, que hasta el momento ya ha realizado ocho subastas. En la información publicada la organización de consumidores reconoce que la compra colectiva tiene importantes gastos para informar a los consumidores y que “esos gastos no deben recaer sobre nuestros socios y por eso establecemos de forma transparente compensaciones que debe asumir la ganadora de la compra”.
Segun fuentes juridicas estas prácticas revelan «que hay un evidente conflicto de intereses en la subasta energética de la OCU porque no puede estar cobrando cuotas de los consumidores y a la vez cobra compensaciones por ser la elegida; hay una evidencia falta de transparencia y ética ya que no se informa a los consumidores que la compañía elegida compensaba económicamente a la OCU»
Por otro lado, fuentes de organizaciones de consumo aseguran que “la OCU es muy maquiavélica jugando con los conceptos, ya que una compensación oculta hasta ahora es muy parecido a una comisión»
En realidad, la subasta no presenta mucha transparencia ya que no se conocen las empresas que participan y solo sale a la luz el nombre de la empresa ganadora.
El sistema de pago de los ganadores de la subasta explica El Confidencial, depende de manera inversamente proporcional a la cantidad de clientes que se consigan, tal y como detalla la propia OCU. Así si se suman hasta 5.000 nuevos clientes se abona a la OCU el fijo de 20 euros por cliente. Si la cifra crece, el abono se reduce. Por ejemplo, de 5.000 a 10.000 nuevos abonados, 19 euros para el ganador. De 15.000 a 20.000 clientes conseguidos, 17 euros por cliente. Y para los casos de más de 20.000, sólo 15 euros por persona.
Cuando el ganador es una compañía pequeña o desconocida para el público en general en el mercado español porque ha iniciado su fase de penetración, el resultado de la subasta energética de la OCU suele ser muy relevante. En el año Holaluz ganó la subasta y habría pasado de 3.000 a 30.000 clientes.
El secretario general de Facua, Rubén Sánchez se hizo eco de la información en la red social X afeando la inacción del ministro de Consumo, Pablo Bustinduy: “Octopus Energy pagó 440.000 euros en comisiones a la OCU por captarle clientes entre sus socios. Y el Ministerio de Consumo @pbustinduy sigue mirando para otro lado”, escribió.
El pasado año, Facua reclamó al ministro de Consumo Pablo Bustinduy que aplicase la ley y para poner fin a este tipo de prácticas. La asociación lleva años denunciando las acciones de publicidad comercial que realiza la OCU, que pertenece al entramado de Euroconsumers cuyo CEO es Antonio Balhamas, para promocionar una larga lista de productos y servicios de empresas que le pagan comisiones.
Y es que las asociaciones de consumidores tienen prohibido “realizar comunicaciones comerciales de bienes y servicios”, tal y como establece el artículo 27 del Real Decreto Ley 1/2007 de 16 noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. La norma prohíbe “todo acto, conducta o manifestación, incluida la publicidad, no meramente informativa, que se relacione directamente con la promoción o venta de bienes y servicios”.