Las toallas son elementos domésticos esenciales, tanto en nuestros baños como en nuestras cocinas, sólo que las toallas que usamos en los baños, en particular, con las que nos secamos después de bañarnos, merecen un tratamiento especial, porque no queremos que sean lo más parecido a un papel para lijar.
Sin embargo, es normal que las toallas tiendan a deteriorarse con el tiempo, se vuelvan rígidas, menos absorbentes, y propensas a tener olores desagradables, debido a que, con tantas lavadas, pierden su suavidad. Si esto es lo que te está pasando ¡no te preocupes más! Hoy vamos a compartir contigo el método sin fallos de Leticia Pérez que ha mostrado en su cuenta de Instagram @orddenotucasa para mantenerlas suaves y limpias, sin importar por cuanto tiempo las hayas usado.
4Elegir las toallas con el gramaje óptimo otorga una mayor durabilidad

Cuando se renuevan, hay que seleccionar aquellas que tengan el gramaje correcto para que duran por más tiempo y sean más suave es esencial. El gramaje o cantidad de hilos de las toallas determina qué tipo de toalla estás comprando, cuánto tiempo de vida útil puede tener y si puede permanecer suave por mucho más tiempo.
Por ello, es importante que sepas que existen tres tipos principales de gramaje:
- Gramaje bajo o inferior (300-400 g/m²): son de uso ligero con secado rápido, perfectas para la playa o el gimnasio.
- Gramaje intermedio (400-600 g/m²): de uso diario con un buen equilibrio entre la suavidad y la absorción.
- Gramaje alto (600-800 g/m²): gruesas y esponjosas, ideales para aquellos que gustan de sentirse acariciados al secarse con su toalla de baño.