El running es una de las actividades más practicadas, pero muchos corredores descuidan un aspecto fundamental: el entrenamiento de fuerza. Aunque parezca que solo se necesita resistencia para mejorar el rendimiento, la realidad es que fortalecer los músculos adecuados puede marcar la diferencia entre una carrera eficiente y una llena de molestias o lesiones.
Al incluir ejercicios de fuerza en la rutina, se refuerzan los músculos clave que soportan el impacto de la carrera, se mejora la técnica y se reduce la fatiga. Esto permite no solo correr más rápido y con mejor postura, sino también minimizar el riesgo de lesiones a largo plazo.
8Cómo incorporar el entrenamiento de fuerza en la rutina de un corredor
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No es necesario pasar horas en el gimnasio para notar mejoras en la carrera. Con tan solo dos o tres sesiones de fuerza a la semana, se puede lograr una mayor estabilidad, potencia y resistencia.
Estos ejercicios pueden realizarse antes o después de las sesiones de running, dependiendo del nivel de fatiga y del enfoque del entrenamiento. Incluirlos como parte del calentamiento o como una rutina independiente ayuda a desarrollar una musculatura más resistente y preparada para soportar largas distancias.