viernes, 25 abril 2025

La CE se resigna a canjear sostenibilidad por competitividad al tiempo que cubre de millones a las tecnologías ‘verdes’

Este miércoles, informa Reuters, la Comisión Europea (CE) ha anunciado sus planes de flexibilizar sus normas sobre informes de sostenibilidad empresarial y transparencia en la cadena de suministro, con el fin de hacer a Europa más competitiva frente a Estados Unidos y China. Una píldora difícil de tragar para muchos colectivos políticos y sociales sobre la que, eso sí, ha espolvoreado una generosa cantidad de azúcar: nada menos que 100.000 millones de euros para tecnologías ‘verdes’.

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El Ejecutivo Comunitario pretende reducir la carga de informes en un 25% en una primera fase de medidas en la primera mitad de 2025, lo que, según sus estimaciones, supondrá un ahorro de 40.000 millones de euros para las empresas europeas.

OBLIGACIONES SOSTENIBLES MÁS LAXAS

El paquete de iniciativas afecta a cuatro marcos regulatorios europeos relacionados con las obligaciones de las empresas de dar parte del impacto de su actividad, algunos de los cuales prevén multas y sanciones para las compañías que socaven los derechos humanos y el medio ambiente.

En concreto, se trata de la directiva sobre informes de sostenibilidad (CSRD, por sus siglas en inglés); el reglamento de taxonomía de la UE -que establece la clasificación de actividades económicas sostenibles-; la directiva sobre diligencia debida (CSDDD) y el mecanismo de ajuste de carbono en la frontera (CBAM), conocido como ‘arancel climático’.

Una de las propuestas consiste en eximir de realizar informes climáticos a un 80% de las empresas que cubre la actual directiva CSRD, al limitar estas obligaciones a las compañías de más de 1.000 empleados, y retrasar la aplicación de esta directiva para las empresas que aún no han empezado a informar.

CON LA RESTRICCIÓN DE OBLIGAR A REALIZAR INFORMES CLIMÁTICOS SOLO A LAS COMPAÑÍAS DE MÁS DE 1.000 EMPLEADOS, EL 80% DE LAS EMPRESAS QUE ACTUALMENTE DEBEN HACERLO QUEDARÍAN EXENTAS

Además, se reducirán las obligaciones de las pequeñas y medianas empresas (pymes) de realizar informes en base a la taxonomía de la UE.

Bruselas también propone simplificar los requisitos de la directiva de diligencia debida en materia de sostenibilidad limitando las solicitudes de información a los socios directos, reduciendo la frecuencia de las evaluaciones y, según han añadido fuentes comunitarias, eliminando el límite mínimo de sanciones financieras como parte de la aplicación administrativa, que se había fijado en el 5% del volumen de negocios.

Por otro lado, se eximirá de aranceles climáticos a los importadores ocasionales de pequeñas cantidades en los sectores de hierro, acero, aluminio, cemento y fertilizantes con la introducción de un nuevo umbral ‘de minimis’ de 50 toneladas.

LA CE CEDE ANTE LAS PRESIONES CORPORATIVAS

Claro está, repetimos, que por el momento solo hablamos de proyectos. Los planes, denominados ‘Omnibus de Simplificación’, forman parte de un paquete más amplio de reformas destinadas a ayudar a que las empresas europeas sean más competitivas. Y también incluyen, por otra parte, incentivos para fomentar la descarbonización de la industria y medidas para reducir los costos energéticos.

Un amplio sector del colectivo empresarial europeo pueden celebrar esta decisión después de haber criticado durante mucho tiempo que las estrictas regulaciones y la burocracia dificultaban su capacidad de competir a nivel global. Sin embargo, los opositores a esta nueva ola de desregulación afirman que «destruye la responsabilidad corporativa» y trazan paralelismos con la desregulación llevada a cabo por Donald Trump en EEUU.

No obstante, Bruselas jura y perjura que, aunque está relajando las normas sobre informes en materia de políticas ecológicas, los objetivos comunitarios de emisiones netas cero y otras metas climáticas siguen inscritos en granito. «Las empresas de la UE se beneficiarán de normas más simplificadas», declaró en un comunicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

«Esto facilitará la vida de nuestras empresas, al tiempo que garantizamos que seguimos firmemente encaminados hacia nuestros objetivos de descarbonización. Y habrá más simplificación en el futuro», agregó.

LA DE CAL: LLUVIA DE MILLONES PARA LAS TECNOLOGÍAS LIMPIAS

La Comisión también presentó el Clean Industry Deal (Acuerdo por una Industria Limpia), el segundo pilar del plan de competitividad, diseñado para apoyar a las industrias con alto consumo energético que enfrentan elevados costos y una burocracia pesada en su lucha por mantener su cuota de mercado frente a competidores globales.

EL CLEAN INDUSTRY DEAL (ACUERDO POR UNA INDUSTRIA LIMPIA) propone destinar 100.000 millones de euros para respaldar la tecnología ‘VERDE’ dentro de la UE

Esta iniciativa surge en respuesta al mayor objetivo ambiental que la UE se ha fijado: alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero cero para 2050. Para ello, propone destinar 100.000 millones de euros para respaldar la tecnología limpia dentro de la UE, agilizar los procesos de contratación pública y simplificar las normas sobre ayudas estatales para dar un impulso a las industrias europeas en crisis.

Las empresas y grupos de presión industriales suelen quejarse de que los procesos burocráticos en la UE frenan al bloque en comparación con Estados Unidos y China, cuyas economías crecen a un ritmo más rápido.

«Es una máquina que hemos creado en Bruselas; no sé si necesitamos un programa DOGE. Hay muchos funcionarios públicos cuya función es, de hecho, crear regulaciones. Eso es un problema», dijo este mes Patrick Pouyanne, director ejecutivo de TotalEnergies, en declaraciones recogidas por Reuters. «Es una cuestión de si los europeos pueden realmente replantearse su propio modelo», añadió el CEO del gigante energético francés.


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