El número de radares en las carreteras españolas no deja de aumentar, y cada año la DGT refuerza su sistema de control de velocidad con nuevas incorporaciones. Para muchos conductores, estos dispositivos se han convertido en una trampa difícil de evitar, ya que las sanciones económicas por exceso de velocidad son una de las principales fuentes de ingresos del Estado. Mientras que desde la Dirección General de Tráfico defienden que su único propósito es mejorar la seguridad vial, las cifras de recaudación por multas siguen disparadas, lo que ha generado un gran debate entre los ciudadanos.
4Más de 500 millones de euros en multas de tráfico
Las cifras oficiales revelan un dato impactante: en 2023, la DGT recaudó más de 501 millones de euros en multas, una cantidad similar a la registrada en 2022, que marcó un récord de 507 millones. El exceso de velocidad es la infracción más sancionada, con más de 3,3 millones de multas impuestas a lo largo del año.
A pesar de que el número de sanciones ha disminuido ligeramente respecto a 2022, el impacto económico sigue siendo enorme. Muchos ciudadanos consideran que los radares se han convertido en una herramienta de recaudación encubierta, más que en un mecanismo real para mejorar la seguridad en las carreteras.