domingo, 23 febrero 2025

Telefónica, un trampolín más de Arabia Saudí para invertir en innovación y mediar en Occidente

La división de riesgo de la Saudi Aramco ha invertido en una startup de inteligencia artificial (IA) en la nube respaldada por nuestra Telefónica, catalogada como «el gigante español de las telecomunicaciones» por los medios extranjeros. Es precisamente una gran teleco saudí, STC, la que ostenta desde este mes de febrero dueña de facto del 9,97%. Hay otras grandes empresas españolas, como Naturgy o Cepsa (ahora Moeve) que tienen una importante presencia de capital procedente de Oriente Medio. No ha sido de repente, pero Oriente Medio está un poco en todas partes, con un aura de supuesta neutralidad que no es tal, como le ocurre a Suiza.

Basta ver la imagen de los saudíes como orgullosos anfitriones de las conversaciones sobre el destino de Ucrania la pasada semana. Estas conversaciones entre Rusos y norteamericanos, sin Ucrania y sin Europa, se producen en Arabia Saudí como ‘país neutral. Y en Europa nos estamos preguntando, ¿qué pintan allí los árabes? Pues lo mismo que pintan en Telefónica, en Naturgy o en Cepsa/Moeve.

STC este mismo miércoles podría ya tener sentado en el consejo de administración de Telefónica a su consejero, bien sea José del Valle, ex teléfonico directivo de la operadora saudí, bien sea su consejero delegado, Olayan M. Alwetaid, que se ha estado paseando por España últimamente

Quieren ser la nueva Suiza, estar en todas partes sin estridencias, pero con poder; con ese poder que da el dinero a espuertas, para cumplir el plan de su príncipe heredero Mohamed bin Salman Proyecto Visión 2030. Estas incursiones sin prisa y sin pausa de los países árabes tienen la clara intención de ser y estar en Occidente para no quedarse atrás frente a la influencia de Rusia, de India, de China y otros países emergentes.

Así, las empresas y fondos de Arabia Saudí van pasito a pasito y con un bloque como el europeo, no se complican. Aparecen en grandes empresas de futuro, y así consiguen presencia y ese pequeño poder en los distintos Estados miembros de de la UE por separado, invirtiendo en empresas principalmente tecnológicas.

Telefónica, un trampolín más de Oriente Medio para invertir en innovación y mediar en Occidente
Reunión de la delegación de EE.UU y la de Rusia esta semana en Arabia saudí para decidir sobre Ucrania. Fuente: Agencias.

TELEFÓNICA Y ARABIA SAUDÍ

Este es el caso de la inversión anunciada de Aramco en una startup de IA en la nube respaldada por el ‘gigante español’ de telecomunicaciones Telefónica, de la que no se han conocido los términos económicos, que correspondería a un impulso del reino saudí de convertirse en un centro de inteligencia artificial. La inversión se realizará de acuerdo con la startup Ori, con sede en el Reino Unido, y permitirá a la empresa establecer una filial regional en Riad para desarrollar talentos y hacer avanzar las tecnologías en el sector local.

Wa’ed Ventures, la filial de capital de riesgo de 500 millones de dólares del gigante petrolero Aramco, ha estado apostando a la IA durante el último año, y también por la computación cuántica, tras su acuerdo el pasado año con la francesa Pasqal para desarrollar un ordenador cuántico de 200 qubits en el país. Arabia Saudí se apresura a construir centros de datos e infraestructura para respaldar sus ambiciones en el sector tecnológico. Cabe recordad que Aramco ha respaldado a empresas como el fabricante de chips surcoreano Rebellions, la plataforma de IA aiXplain, y ha reservado 100 millones de dólares para invertir en otras empresas emergentes.

La británica Ori, por su parte, es una compañía fundada en 2019 que ofrece infraestructura en la nube adaptada a la IA, da servicio a grandes corporaciones y es una de las primeras empresas del Reino Unido en haber implementado los chips H200 de Nvidia. Esta compañía cerró recientemente una ronda de financiación de 140 millones de libras (176 millones de dólares) respaldada por empresas como Telefónica y NextEra Energy, y completará una ronda de financiación más grande este mismo año.

La conexión de Telefónica con Riad es de sobra conocida. STC se ha hecho con el 9,97% de la compañía y este mismo miércoles podría ya tener sentado en el consejo de administración de nuestra centenaria teleco a su consejero, bien sea José del Valle, ex teléfonico directivo de la operadora saudí, bien sea su consejero delegado, Olayan M. Alwetaid, que es el que más se ha paseado por España para hablar con Gobierno y Telefónica en el último año.

La clave de este protagonismo saudí en Telefónica y en el resto de compañías tecnológicas a nivel mundial está en quién dirige el país, que a través de su fondo soberano tiene tentáculos en todas las grandes empresas del mismo; el príncipe heredero Mohamed bin Salman

STC es la principal operadora de telecomunicaciones de Arabia Saudí. Fundada en 1998, la compañía está controlada por el gobierno saudí a través de su participación en el fondo de inversión soberano, propietario de la mayoría de las acciones de la empresa.

La clave de este protagonismo saudí en Telefónica y en el resto de compañías tecnológicas a nivel mundial está en quién dirige el país, que a través de su fondo soberano tiene tentáculos en todas las grandes empresas del mismo; el príncipe bin Salman (que es la cabeza visible de la transición del país, «que consiste en aprovechar su capacidad económica como motor de cambio con proyección internacional, diversificación de su economía y modernización del país», según el analista de inteligencia y geopolítica del observatorio del Campus Internacional para la Seguridad y la Defensa (CISDE), Jacobo Morillo, para colocarse a la altura de las potencias occidentales, y orientales.

Según este experto, «la relación de Riad y Washington no ha pasado por su mejor momento bajo la Administración Biden», y el país árabe se ha acercado a China, que es su mayor socio comercial , y tiene un importante vínculo con Rusia por el precio del petróleo. Morillo explica perfectamente la situación de Riad actualmente al decir que se muestra como un actor mundial más relevante en la arena internacional por su entrada «en el grupo de los BRICS y de su condición como ‘socio de diálogo’ en la Organización para la Cooperación de Shanghai», con lo que demuestra que aunque sea aliado de EE.UU, eso no le limita para ampliar «su radio de acción».

En ese radio está la Unión Europea, pero Arabia Saudí quiere de Europa «su mercado y sus posibilidades financieras», en deportes como el fútbol, golf, tenis, fórmula 1, para ser foco y mejorar su imagen, y en un amplio abanico de sectores, como el de las telecomunicaciones en Telefónica, el inmobiliario, las energías renovables y, por supuesto, el tecnológico.

Sin embargo, aunque se puede comprar la modernización y diversificación económica, la familia real saudí la imponen desde su absolutismo, mientras que ese país de media de edad muy joven y rico se mantiene anclado en la falta de libertades y derechos, que las grandes potencias, siempre interesadas, y ahora más revueltas que nunca, no van a cuestionar ni combatir.


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