A muchas personas les cuesta despertar por las mañanas, pero para algunas, el problema va más allá de la simple pereza. Apagar el despertador sin darse cuenta o no escucharlo en absoluto puede ser señal de un descanso inadecuado o de hábitos de sueño poco saludables. Lo que parece un problema puntual puede volverse recurrente y afectar la vida diaria, desde llegar tarde al trabajo hasta sentirse agotado durante todo el día. Si esto te ocurre con frecuencia, es momento de analizar qué está pasando y qué soluciones existen para despertarte sin dificultades.
3La fase del sueño en la que suena el despertador es clave
El momento en el que suena el despertador también influye en la facilidad para despertar. Si la alarma se activa durante la fase de sueño profundo, el cerebro está menos receptivo a los estímulos externos. En este estado, los sonidos parecen lejanos, y la respuesta del cuerpo es mucho más lenta. Esto explica por qué algunas personas sienten que la alarma nunca sonó o que no recuerdan haberla apagado.