Durante años, algunos alimentos han sido demonizados por la ciencia y las recomendaciones nutricionales. Hemos visto cómo ciertos ingredientes han pasado de ser imprescindibles en la dieta a convertirse en enemigos públicos, generando miedo y desinformación en los consumidores. Sin embargo, con el avance de la investigación, muchas de estas prohibiciones han sido reconsideradas, y algunos alimentos han sido reivindicados por sus beneficios para la salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado recientemente sus recomendaciones, revisando su postura sobre un alimento que durante décadas ha sido considerado perjudicial y que, ahora, resulta ser fundamental para el correcto funcionamiento del organismo. Lo que antes estaba prohibidísimo, hoy vuelve a estar en el centro de la alimentación saludable.
7Cómo reducir el consumo de sodio sin eliminar la sal

El problema no es la sal de mesa en sí, sino el sodio oculto en los productos ultraprocesados. Para evitar el exceso de sodio sin renunciar a la sal, se pueden seguir algunas estrategias sencillas:
Cocinar en casa con ingredientes frescos permite controlar la cantidad de sodio que se consume. Utilizar hierbas y especias para potenciar el sabor de los alimentos puede reducir la necesidad de añadir demasiada sal. Optar por sal enriquecida en potasio ayuda a mantener un equilibrio saludable sin renunciar al sabor.