A Telefónica le va a sentar bien en Bolsa librarse de todas aquellas divisiones en Iberoamérica que no le daban más que disgustos. La teleco española tiene que limpiar lo que le daña para coger impulso. Las apuestas en Perú, Argentina, Colombia o México podían haber salido bien, pero como no ha sido así, y la operadora debe mirar al futuro de la fortaleza del negocio en Europa y Brasil, y dejar atrás la aventura ‘paternalista’ en los antiguos virreinatos. Los analistas del mercado a priori, aunque esperada, ven entre negativa y de impacto neutro (en las cuentas del grupo) la noticia de la entrada en concurso de acreedores de Telefónica Perú.
La cascada de posibles desinversiones de su división Hispam es un torrente en los últimos días. Se ha conocido que Telefónica se ha replanteado su negocio en una convulsa Argentina, que ha designado al banco especializado JP Morgan para que le eche una mano a la hora de vender la unidad de México, que cuenta con un acuerdo con el operador de telefonía Luxemburgués Millicom para deshacerse del negocio en Colombia, con una operación valorada en unos 400 millones de euros.
el plan estratégico de Telefónica incluye la venta de las filiales que aglutina en Telefónica Hispam (Argentina, Perú, Chile, Colombia, México y Venezuela) para centrarse en sus mercados principales: España, Brasil, Alemania y Reino Unido
Tras el anuncio sobre Perú, se pueden producir noticias sobre Chile, Ecuador, Uruguay o Venezuela, aunque en esta última plaza acaban de anunciar un importante inversión. La desinversión en la zona no es una novedad, puesto que Telefónica ya declinó seguir con su participación en El Salvador en 2022, y un año antes en Costa Rica. Las infraestructuras en zonas selváticas no son ni fáciles ni baratas de implementar, y más si no hay monedas, políticas y Estados estables para las que sea una prioridad.
Sin embargo, el contraste en la zona está el desempeño de la filial brasileña, bajo la marca de Vivo, que le aporta valor, hasta el punto de que ha repartido entre los accionistas de la filial 5.845 millones de reales (900 millones de euros), lo que suponen un 22% más respecto a los 4.786 millones que repartió en 2023. Este reparto de dividendo sirve para contrarrestar el efecto de la fuerte depreciación del real del país carioca y la bajada de la cotización un 12% de la marca en la bolsa brasileña el pasado año
Tal y como recuerdan los analistas del mercado, el plan estratégico de Telefónica incluye la venta de las filiales que aglutina en Telefónica Hispam (Argentina, Perú, Chile, Colombia, México y Venezuela) para centrarse en sus mercados principales: España (35% del EBITDA ajustado), Brasil (32%), Alemania (21%) y Reino Unido (consolidado por puesta en equivalencia a través de la joint venture VMO2). En los últimos años Telefónica ha vendido sus filiales en Guatemala y Costa Rica y en 2024 cerró un acuerdo para la venta de Colombia, «pero el proceso ha ido más lento de lo esperado por la falta de ofertas suficientemente atractivas», explica la analista de Bankinter, Elena Fernández -Trapiella.
LAS MALAS NOTICIAS DE TELEFÓNICA PERÚ
Esta experta ve que la entrada en concurso de acreedores de Telefónica en Perú, que tiene como objetivo reestructurar sus pasivos y sus operaciones de forma ordenada bajo el concurso de acreedores es «una noticia negativa». Para la analista, el capital de Telefónica del Perú ascendía a diciembre de 2023 a 720 millones de euros, lo que equivalente al 3% de la capitalización bursátil de Telefónica, «que podría ser el impacto negativo que encaje el valor, además del riesgo de pérdida del préstamo de 394 millones de la matriz, Telefónica Hispanoamérica».
Explican desde Bankinter que este préstamo es para el pago a proveedores y empleados, así como facturas fiscales y crediticias. Así, en su opinión, «el proceso de reestructuración no implica una liquidación ni quiebra, pero pone de relieve la difícil situación de Telefónica del Perú».
Los antecedentes de esta decisión en el arbitraje que el grupo Telefónica mantienen abierto ante el Ciadi (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a inversiones) en el que Telefónica reclama 1.122 millones de euros al Gobierno peruano por impuestos pagados en el país y provisiones fiscales pendientes de abonar. Ya solo en los 9 primeros meses de 2024 los ingresos de Telefónica Perú disminuyeron -8,1% y el Ebitda -43,2% en un entorno de fuerte competencia. Cerró 2024 con una facturación de 2.722,29 millones de soles (700 millones de euros), un 11,44% menos que los 3.074,25 millones de soles (790,8 millones de euros) del ejercicio anterior.
La filial peruana registró unas pérdidas netas de 3.391,59 millones de soles peruanos (unos 872,4 millones de euros al cambio actual) en 2024
La filial peruana registró unas pérdidas netas de 3.391,59 millones de soles peruanos (unos 872,4 millones de euros al cambio actual) en 2024, lo que supone un incremento interanual de sus ‘números rojos’ del 452,83% (5,5 veces más) que los 613,48 millones de soles (157,8 millones de euros) del año anterior, según la auditoría realizada por PWC. Esto, para para el conjunto de Telefónica Hispam, supuso unas caídas de -4,8% y -6,7% respectivamente.
Pero no solo Perú es un lastre. Lo es toda la división Hispam, tal y como refleja Fernández -Trapiella. Y lo explica con cifras: «Recientemente Telefónica ha iniciado los procesos de venta de las filiales de Argentina y México. Con un peso en el EBITDA consolidado del 12% a septiembre 2024 y un Margen EBITDA de 18,1% frente al 31,8% para el grupo». Además, indica que sus negocio en la zona «elevan la prima de riesgo del grupo al ser mercados con elevada inestabilidad política, inseguridad jurídica y fiscal y volatilidad de sus divisas. Telefónica está intentando acelerar la desinversión de sus negocios en Latinoamérica», confirma.
También apunta cómo en los último años, nuevos «entrantes» han aumentado el perfil competitivo en esos mercados. Por ello, en 2019 Telefónica «segregó estas filiales en un holding, Telefónica Hispam, para, hasta su venta, reducir la exposición mediante la venta de activos, que ganaran autosuficiencia y no drenasen recursos de la matriz«, como un negocio claramente diferenciado que se le veía cómo se consumía.
TELEFÓNICA PERÚ, UN LASTRE
Para los analistas de Renta 4 el procedimiento concursal ordinario para reestructurar y resolver su situación financiera y operativa en tierras peruanas también es, claramente, una noticia negativa. Señalan cómo la división Hispam ha concedido el crédito de 395 millones de euros con condiciones muy estrictas y un vencimiento a 18 meses, para pagar, liquidar y según creen «resolver favorablemente su situación fiscal para posteriormente negociar la venta de Telefónica Perú», y librarse de ese gran lastre.
Sin embargo, en relación a la totalidad del grupo, los analistas de Renta 4 apuntan un precio objetivo de la acción de la teleco en 4,60 euros, y recomiendan mantener la inversión, porque la teleco protagoniza otros desempeños en sus divisiones estrella, en la zona con Brasil, y en España, Alemania y Reino Unido.
El analista de GVC Gaesco, Luis Padrón, cree que el anuncio de Perú va a tener un «impacto neutro al ser ampliamente conocidas las dificultades por las que atraviesa esta filial y por su relativo reducido impacto en las cuentas del grupo«. Culpa del estado de la compañía en el país andino a las contingencias fiscales que se arrastran desde hace más de 20 años, a las que hay que sumar «las decisiones administrativas desfavorables». La filial genera unos 400 millones de euros de facturación trimestral «que aportan aproximadamente el 16,5% de la facturación de Hispam y el 3,5% del consolidado».
Según Padrón, «en términos de EBITDA genera unos 44 millones de euros trimestrales que suponen el 10,8% de la división Hispam, y el 1,2% del grupo», pero también evidencia que Telefónica de Perú cuenta con uno de los menores márgenes de Ebitda de la división, del grupo, «con un 11,8% frente al 18,6% de Hispam y 32% del conjunto de Telefónica».