El fútbol es un fenómeno cultural, económico y social que mueve pasiones y millones de euros en todo el mundo. Aunque detrás de la emoción de los goles y las celebraciones, se libra una guerra silenciosa pero feroz: la lucha contra la piratería. El pasado sábado, justo antes del partido entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, LaLiga desactivó DuckVision, una plataforma que ofrecía deporte en vivo pirateado a más de 200.000 usuarios solo en España. ¿Está la industria del fútbol ganando esta guerra con acciones como esta contra la piratería o simplemente está persiguiendo sombras?
2NEGOCIO EN LA PIRATERÍA
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«Detrás de la piratería no hay solo chavales descargando partidos desde sus casas, sino mafias y organizaciones criminales», explica Carlota Navarrete. Plataformas como Roja Directa, que llegó a facturar millones a través de publicidad y comisiones por desviar tráfico a casas de apuestas, son solo la punta del iceberg.
En noviembre de 2023, la Guardia Civil desmanteló Cristal Azul, el mayor canal de streaming pirata de España, que defraudó más de 42 millones de euros y contaba con 78.000 usuarios. «El fraude audiovisual es una de las industrias ilegales más lucrativas a nivel mundial, superando incluso al tráfico de drogas», advierte LaLiga en un comunicado. Según un informe de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), la piratería ha causado pérdidas de entre 600 y 700 millones de euros al fútbol español, con un acceso a contenido pirata un 25% superior a la media europea.
Los piratas utilizan tecnologías cada vez más sofisticadas, como los servicios IPTV (Televisión por Protocolo de Internet) y OTT (servicios de transmisión libre), que aprovechan agujeros de seguridad en sistemas anticuados. «Los contenidos audiovisuales de pago en España se distribuyen principalmente por satélite y por internet, pero los piratas se nutren de descodificadores antiguos que no permiten contramedidas contra el pirateo», señalan fuentes del sector. Además, los sistemas de protección de contenidos están basados en normas públicas, lo que facilita la ingeniería inversa y el desmantelamiento de las capas de seguridad.
El modelo de negocio de la piratería es tan rentable que atrae a organizaciones criminales de todo el mundo. «No invierten nada en la creación de contenido, pero ganan millones a través de publicidad, venta de datos y suscripciones ilegales», explica Navarrete. Estas plataformas no solo ofrecen partidos de fútbol, sino también películas, series y otros eventos deportivos, lo que las convierte en un negocio redondo.
Además, la globalización de la piratería dificulta su combate. «Las mafias operan desde países donde las leyes son más permisivas o donde la corrupción facilita su impunidad», señala un experto en ciberseguridad. Esto hace que las acciones legales en un país tengan un impacto limitado, ya que los piratas simplemente trasladan sus operaciones a otro lugar.