viernes, 14 febrero 2025

Expertos reclaman una estrategia que contemple la inversión en salud como palanca de progreso social y económico

Representantes del ámbito político, sanitario, institucional y empresarial se han dado cita en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la jornada ‘Sanidad 2050: Hacia una Estrategia a Largo Plazo’ para debatir sobre el futuro de la sanidad en España. El acto, organizado por AstraZeneca, ha puesto de manifiesto la necesidad de promover un sistema de salud moderno, competitivo y sostenible preparado para hacer frente a los retos del futuro, como el envejecimiento de la población, la digitalización o la amenaza de potenciales pandemias.

El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, subrayó que “cuando hablamos de inversión en salud, nos referimos a que todos los recursos destinados a este ámbito deben enfocarse en generar un beneficio que se proyecte hacia el futuro y hacia los demás». Por eso, el uso del término inversión en lugar de gasto tiene un significado especial, ya que implica una visión a largo plazo orientada al bienestar colectivo”, indicó.

Un enfoque que se alinea con las reflexiones del informe Draghi y la Estrategia de la Industria Farmacéutica 2024-2028, que destacan que el sector farmacéutico es esencial no sólo para la salud y la calidad de vida de las personas, sino también como motor de las economías más importantes del mundo.

Según el informe “El Valor del Medicamento desde una Perspectiva Social”, elaborado por la Fundación Weber y Farmaindustria, el 73% del aumento de la esperanza de vida puede atribuirse a la llegada de nuevos medicamentos.

Con una esperanza de vida de 84 años, España es uno de los países más longevos y con mayor calidad de vida del mundo, un logro que es posible gracias al robusto sistema de bienestar y ecosistema de innovación en salud.

Por su parte, la directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca, Marta Moreno, explicó que “la sostenibilidad del sistema sanitario pasa por fomentar un entorno competitivo donde la inversión en innovación sea considerada como una palanca de progreso social y económico».

«Debemos evolucionar hacia un modelo basado en la prevención y el bienestar, en lugar de uno centrado exclusivamente en el tratamiento de enfermedades. Desde AstraZeneca, nos comprometemos a seguir siendo parte activa de esta transformación, potenciando la colaboración público-privada para fortalecer el liderazgo científico de España, acelerar la llegada de tratamientos que cambian vidas y desarrollar fórmulas que garanticen un acceso equitativo”, proclamó.

Durante el debate se ha profundizado en políticas y modelos de financiación innovadores, como asociaciones público-privadas, mecanismos de incentivos o pago por resultados, que tienen el objetivo de facilitar el acceso a tratamientos avanzados y optimizar la asignación de recursos.

También se han explorado ejemplos inspiradores de otros sectores, como la automoción o la energía, y casos en otros países, como Suecia y Dinamarca, cuya inversión sanitaria per cápita es de las más elevadas en Europa.

La comisionada del Perte de Salud de Vanguardia del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Raquel Yotti, aseguró que “el Perte es una gran estrategia de país impulsada por el Gobierno de España desde el año 2021 con el objetivo de mejorar nuestras capacidades para proteger la salud de los ciudadanos y, de forma simultánea, generar oportunidades de crecimiento económico, empleo de calidad y tejido industrial”.

Yotti también afirmó que “todas las inversiones y reformas que estamos llevando a cabo tienen relación con el poder transformador de la innovación, que se concibe como un elemento nuclear y transversal que debe modernizar y conectar las administraciones, el sistema sanitario, la industria que desarrolla y fabrica medicamentos, productos sanitarios y tecnología, las empresas de servicios, los socios tecnológicos que impulsan la digitalización y la inteligencia artificial, los centros de investigación, las sociedades científicas y profesionales, y, por supuesto, los ciudadanos y pacientes que son los receptores últimos de todos los avances.


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