Airbus ha tenido que retrasar sus planes de desarrollar un avión comercial propulsado por hidrógeno, informa Reuters. La compañía ha explicado que sus planes se han visto demorados por un ritmo más lento de lo esperado en los avances tecnológicos, haciendo imposible la creación de la aeronave hasta mediados de la próxima década.
AIRBUS RETROCEDE PARA TOMAR IMPULSO
Este retraso supone un revés para las ambiciones del grupo aeroespacial europeo de liderar la adopción del combustible de hidrógeno, en un momento en que la aviación busca reducir las emisiones. Este objetivo fue fuertemente defendido por el CEO de Airbus, Guillaume Faury, cuando se presentó la iniciativa hace cinco años.
Airbus no ofreció un nuevo plazo para el proyecto, pero el sindicato Force Ouvrière informó que los empleados fueron notificados a principios de esta semana de que la tecnología está entre cinco y diez años retrasada respecto al ritmo necesario para alcanzar el objetivo inicial de 2035. La noticia del retraso, según afirma Reuters, fue reportada primero por la agencia de noticias francesa AFP.
desarrollar un ecosistema de hidrógeno, que incluye infraestructura, producción, distribución y marcos regulatorios, es un gran desafío que requiere colaboración e inversión global
Airbus
«El hidrógeno tiene el potencial de ser una fuente de energía transformadora para la aviación» -dijo Airbus en un comunicado enviado por correo electrónico- «Sin embargo, reconocemos que desarrollar un ecosistema de hidrógeno, que incluye infraestructura, producción, distribución y marcos regulatorios, es un gran desafío que requiere colaboración e inversión global».
Funcionarios de Airbus han reconocido que el plan para producir un avión impulsado por hidrógeno -probablemente un turbohélice- con capacidad para 100 personas solo se esperaba que hiciera una contribución marginal al objetivo del sector de alcanzar cero emisiones netas para 2050, pero argumentaron que allanaría el camino para una adopción más amplia en el futuro.
EL SAF, MÁS POPULAR QUE EL HIDRÓGENO EN LA AERONÁUTICA
La industria de la aviación, en cambio, está dejando el hidrógeno a un lado, apoyándose principalmente en el uso de combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) en sus esfuerzos ambientales. Eso sí, el sector señala que las compañías energéticas aún no producen suficiente suministro de este carburante ‘verde’.
El SAF permite reducir más de un 80% las emisiones de CO2 respecto al queroseno en todo su ciclo de vida, lo que, en España, supondría evitar 14 millones de toneladas de CO2 anuales en 2050. Su implementación es ampliamente considerada como un factor de progreso para la transición energética y la economía circular.
Los analistas también han reconocido que el proyecto de hidrógeno de Airbus, con su gran visibilidad, ha ayudado a calmar preocupaciones políticas sobre el impacto de la aviación en las emisiones en algunos países europeos, mientras desbloqueaba financiación muy necesaria para el sector durante la crisis del Covid-19.
LA DIRECTIVA DE AIRBUS APUESTA FIRMEMENTE POR EL HIDRÓGENO EN LA AVIACIÓN, A PESAR DE TRATARSE DE UNA OPCIÓN MINORITARIA EN COMPARACIÓN CON EL SAF
No obstante, Faury ha mantenido constantemente que el hidrógeno se integrará en el ecosistema de la aviación en las próximas décadas y que Europa debería tomar la delantera.
Esta iniciativa contrasta con el enfoque más escéptico de Boeing, que expresó preocupaciones sobre la seguridad y la preparación técnica del hidrógeno en la Feria Aeronáutica de Farnborough del año pasado.
Algunos grupos ambientalistas argumentan que el hidrógeno también conlleva un costo ambiental debido a la energía necesaria para producirlo.
La decisión de suspender el proyecto de hidrógeno, denominado ZEROe, se produce una semana después de que Airbus Helicopters cancelara sus planes de construir un vehículo de movilidad urbana llamado CityAirbus NextGen, debido a la incertidumbre en el desarrollo de la tecnología de baterías.