La sofisticación de sus métodos ha alcanzado un nivel tal que incluso los expertos en seguridad digital pueden caer en sus redes. Este es el caso de Zach Latta, fundador de Hack Club, una red global para jóvenes programadores, quien estuvo a punto de convertirse en víctima de una ciberestafa a través de su cuenta de Gmail.
2ESTAFA VIRTUAL
La supuesta Chloe no se dio por vencida. Argumentó que los registros podrían estar desactualizados y sugirió transferir la llamada a su superior, un tal Solomon. Este nuevo interlocutor elevó el nivel de la estafa. Con un discurso técnico convincente, Solomon explicó que la cuenta de Latta estaba en riesgo debido a una extensión de bloqueo de anuncios que supuestamente había instalado. Según él, esta extensión era peligrosa y comprometía la seguridad de su información.
El momento crítico llegó cuando Solomon le proporcionó a Latta unas credenciales de acceso a su Gmail. Sin embargo, lo hizo con una advertencia: no debía llamar al número que aparecía en ellas. Este detalle fue crucial. Latta, experto en seguridad digital, reconoció la táctica: los estafadores intentaban evitar que contactara con el soporte real de Google. Fue entonces cuando decidió no seguir adelante con el proceso y no introducir el código de verificación que le habían enviado.
Este tipo de manipulación psicológica es una de las armas más poderosas de los ciberdelincuentes. No solo se basan en la tecnología, sino también en la ingeniería social, explotando el miedo y la urgencia para que las víctimas actúen sin pensar. En el caso de Latta, el intento de estafa fue tan bien elaborado que incluso un experto como él estuvo a punto de caer. Esto subraya la importancia de mantener la calma y no tomar decisiones apresuradas, incluso cuando la situación parece crítica.