El Consejo de Ministros del próximo martes aprobará la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) en un 4,4% para 2025, hasta los 1.184 euros mensuales por catorce pagas, 50 euros más que la cuantía fijada para 2024.
Este incremento, que se aplicará con efectos retroactivos desde el 1 de enero y que beneficiará a cerca de 2,1 millones de trabajadores, es fruto del acuerdo alcanzado el pasado 29 de enero entre el Ministerio de Trabajo y CCOO y UGT y al que no quisieron sumarse los empresarios, que plantearon inicialmente una subida del SMI del 3%, llegando a ofrecer a posteriori el 3,4%, pero sin éxito.
Antes de su aprobación en el Consejo de Ministros del martes, la vicepresidenta segunda y los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, firmarán mañana lunes el texto del acuerdo para la subida del SMI en un 4,4% en la sede del Ministerio de Trabajo.
Es el quinto año consecutivo en el que Trabajo pacta en solitario con los sindicatos la subida del SMI. En concreto, el Ministerio acordó sólo con CCOO y UGT subir el SMI para 2024 un 5%, desde los 1.080 euros mensuales por catorce pagas hasta los 1.134 euros.
Tampoco apoyaron los empresarios la subida del SMI del 8% para 2023, ni los incrementos de 2022 y 2021, que fueron acordados por el Gobierno de Pedro Sánchez con CCOO y UGT. En cambio, CEOE y Cepyme sí respaldaron el aumento de 2020, cuando el SMI pasó de 900 a 950 euros mensuales.
Tanto Trabajo como los sindicatos entendieron que la propuesta patronal para la subida de 2025 no cumplía el compromiso de situar esta renta mínima en el 60% del salario medio, como establece la Carta Social Europea.
El repunte del 4,4% que experimentará el SMI en 2025 coincide con una de las dos opciones, la más alta, apuntada por el comité de expertos que asesora al Gobierno sobre el SMI.
Este porcentaje es inferior al 5,8% que pedían los sindicatos, hasta los 1.200 euros mensuales, pero CCOO y UGT aceptaron el 4,4% por la incertidumbre que causó la caída del primer decreto ‘ómnibus’, que recogía la prórroga del SMI de 2024, y también por el compromiso del Gobierno de abrir en dos meses una nueva mesa de diálogo social en la que abordar la adaptación completa de la directiva europea de Salarios Mínimos a la legislación española.
En esta nueva mesa se abordarán cuestiones que demandaban las centrales sindicales, como criterios de aplicación en la compensación y absorción de la subida del SMI sobre los complementos o pluses que tienen los trabajadores; la actualización de manera automática de los salarios en convenios que puedan verse afectados por el salario mínimo y cómo actualizar las cuantías diarias y por hora del SMI si se rebaja la jornada.
DISCREPANCIAS INTERNAS SOBRE LA FISCALIDAD DEL SMI
Queda por ver qué pasará con la fiscalidad del SMI. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quiere que quede exento de tributación en el IRPF, como en las subidas anteriores, pero reconoce que es una competencia del Ministerio de Hacienda, que es quien debe tomar la decisión.
«Esto no es competencia de este Ministerio», dijo Díaz el pasado viernes. La titular de Trabajo acusó además al PSOE de ser el que ha cambiado de posición en relación con este tema y no su Departamento.
En este sentido, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no ha aclarado todavía su posición en cuanto a dejar exenta la subida del SMI del IRPF, y ha pedido a Yolanda Díaz que haga «pedagogía fiscal».
«Me gustaría que hiciera hincapié en la pedagogía fiscal, porque ese planteamiento se puede ver muchas veces cuando asistimos al debate público, en el que se demoniza el que los ciudadanos tengan que contribuir de forma justa al pago de sus impuestos», remarcó hace unos días Montero.
La titular de Hacienda insistió en que todo no se resuelve con una bajada de impuestos y ve importante que los ciudadanos sepan que la contribución a través de su fiscalidad es lo que permite fortalecer la democracia, sobre todo combatir la desigualdad. «Hacer discursos populistas me parece que no conduce a nada», enfatizó al respecto.
BENEFICIARIOS DE LA SUBIDA DEL SMI
Según estimaciones de CCOO, la subida del SMI afectará a 1,8 millones de trabajadores a tiempo completo, el equivalente al 11,8% del total de empleados a tiempo completo.
Extrapolando este porcentaje a los trabajadores a tiempo parcial, otras 263.000 personas con contratos a tiempo parcial se beneficiarán de la subida del SMI, con lo que el número total de potenciales beneficiarios alcanza a 2,1 millones de asalariados.
«Esta es una estimación conservadora, ya que el salario medio por hora trabajada a jornada parcial es inferior al de jornada completa, por lo que es razonable suponer que el porcentaje de trabajadores beneficiados por la subida del SMI fuera más alto a jornada parcial que el registrado a jornada completa», explica el sindicato.
Los datos disponibles a jornada completa permiten desarrollar un perfilado de la población beneficiada por la subida del SMI, en el que faltarían por incluir aquellas personas a jornada parcial para las que se puede realizar este perfilado, según CCOO.
De acuerdo con un estudio de este sindicato, el SMI tiene un impacto mayor (una mayor incidencia relativa) entre la población que soporta peores condiciones laborales y salarios medios más bajos: mujer, población joven, con contrato temporal, en ocupaciones elementales y que trabaja en agricultura, hostelería o comercio.
Entre la población asalariada a jornada completa los principales beneficiarios de la subida del SMI son las mujeres (el 15,6% se ve beneficiada) y la población joven (17,2% de 16 a 34 años). Por sectores, la incidencia relativa es superior a la media entre los asalariados temporales (17,4%) y en agricultura (38,7%), otros servicios (29,0%) y comercio y hostelería (19,3%).
Por ocupaciones laborales, la incidencia es superior en ocupaciones elementales (28%) y trabajadores de servicios de restauración, personales, protección y vendedores de comercio (21,7%).