Mantener tu casa a la temperatura perfecta durante todo el año sin que la factura de la luz se dispare suena casi utópico, ¿verdad? Pues no lo es. La aerotermia con suelo radiante es una tecnología que revoluciona la forma en que calentamos y enfriamos nuestros hogares. De hecho, cada vez son más las familias que optan por instalar aerotermia Madrid para garantizar un rendimiento óptimo durante todo el año. Este sistema se adapta bien a las variaciones climáticas, asegurando una climatización eficiente sin que el consumo eléctrico se dispare en lugares en los que hay temperaturas extremas en invierno y verano, como es el caso de la capital madrileña.
El secreto de la aerotermia está en aprovechar la energía del aire exterior para ofrecer calefacción en invierno y refrigeración en verano, distribuyendo el calor de manera uniforme a través del suelo. ¿El resultado? Un ambiente acogedor en cualquier estación y un consumo energético mucho más bajo que el de los sistemas tradicionales. Vamos a ver todo lo que este sistema puede ofrecer.
La aerotermia con suelo radiante: eficiencia y confort en un solo sistema
A diferencia de los radiadores tradicionales o los sistemas de aire acondicionado, que generan puntos de calor o frío muy localizados, el suelo radiante permite una temperatura homogénea en toda la casa. El resultado es un ambiente más agradable sin los cambios bruscos que provocan otros sistemas. Además, este tipo de climatización trabaja a temperaturas más bajas que los radiadores convencionales, lo que implica un menor consumo de energía y, por tanto, un ahorro considerable en la factura.
Cómo se instala un sistema de aerotermia con suelo radiante
El proceso de instalación de un sistema de aerotermia con suelo radiante requiere una planificación adecuada, ya que implica ciertos trabajos de obra. Lo primero es elegir la bomba de calor adecuada, que será el corazón del sistema. Este equipo extrae la energía del aire exterior y la transfiere al circuito de agua que recorrerá el suelo radiante.
Para la instalación del suelo radiante, se coloca una red de tuberías por toda la superficie del suelo. Estas tuberías, generalmente de polietileno reticulado, se distribuyen de manera uniforme sobre una base aislante que evita pérdidas de calor y mejora la eficiencia del sistema. Una vez colocadas, se cubren con una capa de mortero autonivelante que garantizará la correcta transmisión térmica hacia el suelo.
¿Se puede instalar en viviendas antiguas?
Este tipo de instalación suele realizarse en viviendas de nueva construcción, pero también es posible adaptarlo en reformas, aunque en estos casos puede requerir elevar ligeramente el nivel del suelo. Lo primero es evaluar el estado del suelo y la altura disponible, ya que la instalación de suelo radiante implica añadir varias capas sobre la superficie original. Si la altura libre es limitada, puede ser necesario retirar el pavimento anterior para no elevar demasiado el nivel del suelo. Una vez definido esto, se coloca una base aislante sobre la que se distribuirán las tuberías que transportarán el agua caliente y fría. Luego, se cubren con una capa de mortero autonivelante que permitirá una correcta transmisión térmica y servirá de base para el nuevo pavimento, que puede ser cerámico, de madera tratada o incluso laminado de alta resistencia.
En paralelo, se instala la bomba de calor aerotérmica, que se conectará al circuito de suelo radiante para suministrar calefacción en invierno y refrigeración en verano. Este equipo suele situarse en el exterior de la vivienda para captar la energía del aire y transferirla al circuito de agua. Para optimizar su rendimiento, se pueden incorporar depósitos de inercia o acumuladores que garanticen una temperatura estable y un funcionamiento más eficiente.
Cuánto cuesta instalar aerotermia con suelo radiante
El precio de instalar un sistema de aerotermia con suelo radiante puede variar según el tamaño de la vivienda, el tipo de bomba de calor elegida y la dificultad de la instalación. De media, para una vivienda de unos 100 metros cuadrados, el coste suele rondar entre 10.000 y 15.000 euros, incluyendo la bomba de calor, la instalación del suelo radiante y los trabajos de obra necesarios.
Uno de los principales factores que influyen en el precio es la potencia de la bomba de calor. Cuanto mayor sea la demanda energética de la vivienda, más potente tendrá que ser el equipo, lo que puede incrementar el coste inicial. Sin embargo, esta inversión se compensa con el ahorro a largo plazo. La eficiencia de la aerotermia permite reducir el gasto en calefacción y refrigeración en hasta un 70% en comparación con sistemas tradicionales.
Ayudas y subvenciones para energías renovables
Otro aspecto a tener en cuenta es la posibilidad de acceder a subvenciones y ayudas para la instalación de sistemas de energía renovable. En muchas comunidades autónomas existen programas de incentivos que pueden reducir significativamente la inversión inicial, facilitando la transición hacia un modelo de climatización más eficiente y sostenible.
Si se complementa con una instalación fotovoltaica, el ahorro puede ser aún mayor, ya que se reduce la dependencia de la red eléctrica convencional. Además, la durabilidad del sistema es otro punto a favor. Una bomba de calor aerotérmica puede durar entre 20 y 25 años con un mantenimiento mínimo, mientras que el suelo radiante prácticamente no requiere intervenciones una vez instalado.
Otras alternativas
Aunque la aerotermia es una de las tecnologías más utilizadas en climatización eficiente, existe otra alternativa renovable que también ha ganado popularidad en los últimos años: la geotermia. A diferencia de la aerotermia, que extrae la energía del aire, la geotermia aprovecha el calor del subsuelo para climatizar la vivienda. Es una opción muy eficiente, aunque su instalación es más compleja y costosa debido a la necesidad de perforaciones en el terreno para extraer el calor.