La central nuclear de Almaraz (Cáceres), cuyo cierre se materializará entre noviembre de 2027 y octubre de 2028, se ha convertido en un símbolo de la resistencia del sector contra el desmantelamiento del parque de energía atómica español. Un frente al que se suman cada vez más colectivos; el último de ellos en poner el grito en el cielo ha sido el Consejo General de Ingenieros Industriales.
En un comunicado, el Consejo ha manifestado que «no hay razón» para el cese de actividad de la planta nuclear extremeña: «Las centrales nucleares españolas, al igual que las centrales americanas y europeas, tienen una vida de diseño de 40 años. La vida útil, sin embargo, puede superar con mucho a la de diseño si así lo considera el Consejo de Seguridad Nuclear en España, que conoce la vida de la central y se encarga de que sus residuos se traten de manera adecuada».
Reactores idénticos a los de Almaraz, continúa el mensaje de los ingenieros, han conseguido que se prolongue su vida útil al menos hasta los 60 años. «Y no hay razón por la que los de Almaraz no sigan funcionando más allá de 2027», sostienen.
MANIFIESTO EN DEFENSA DE LA ENERGÍA NUCLEAR
El Consejo de Ingenieros Industriales se ha referido al «impacto» que la renuncia a la generación nuclear tendrá en el sistema energético español.
En cuanto a su importancia en nuestro mix eléctrico a 1 de enero de 2025, la potencia de generación de energía eléctrica de tecnología nuclear instalada en España supone apenas el 5,5% del total del parque de generación nacional, y, a pesar del relativo poco peso sobre el conjunto, generó nada menos que el 21,4% del total de la energía producida en el año 2023, cifra solo superada por la energía de origen eólico con el 24,7%, cuyos generadores suponen el 24% del total instalado», destaca.
Por otra parte, la tecnología nuclear es de las consideradas «de base», ya que permite una generación de energía eléctrica constante y sin interrupciones, que no depende de la disponibilidad del recurso, como ocurre con las tecnologías eólica, solar e hidráulica, por lo que es «fundamental» para garantizar el suministro eléctrico a nuestra sociedad.
EL CICLO COMBINADO NO ES LA SOLUCIÓN
Los ingenieros conceden que nuestro país ya cuenta con un tipo de generación de base que podría ejercer de reemplazo, las centrales de ciclo combinado, aunque advierten que su empleo masivo tendría «un efecto medioambiental muy pernicioso».
La sustitución de la energía nuclear por el ciclo combinado, que quema gas para producir energía eléctrica, «supondrá, automáticamente, la emisión anual de 20 millones de toneladas de CO2 equivalentes a la atmósfera que, para poder apreciarlo en su verdadera magnitud, supone aproximadamente el 10% de las emisiones totales de nuestro país, prácticamente lo mismo que las emisiones de nuestro parque automovilístico», explican.
«la eliminación de la tecnología nuclear en nuestro país contrasta con su mantenimiento en países como Francia, Bélgica, Reino Unido, Suiza, Finlandia, Suecia y Hungría»
Consejo de Ingenieros Industriales
El Consejo se apoya en el reconocimiento de la nuclear como parte de la taxonomía de transición energética de la Unión Europea (UE) para fundamentar su defensa de este tipo de generación.
Asimismo, a nivel internacional, «la eliminación de esta tecnología en nuestro país contrasta con su mantenimiento en países como Francia, Bélgica, Reino Unido, Suiza, Finlandia, Suecia y Hungría» -expone- «Además, se prevé un aumento del 19% del parque nuclear mundial gracias a los planes de construcción de 68 nuevas en Argentina, Bielorrusia, Brasil, China, Corea del Sur, Emiratos Árabes, Eslovaquia, Estados Unidos, Finlandia, Francia, India, Japón, Pakistán, Rusia, Taiwán y Ucrania».