lunes, 3 febrero 2025

Te contamos cómo hacer que Alexa deje de grabar todas tus conversaciones

En la era de los hogares inteligentes, los asistentes de voz como Alexa de Amazon se han convertido en compañeros indispensables para millones de personas. Reproducir música, controlar dispositivos conectados como las cortinas o las luces… Todos estos dispositivos que ahora están ya en casi todas las casas, ofrecen una comodidad sin igual para las tareas rutinarias del día a día. Pero bien es cierto que esta revolución tecnológica que aboga por la comodidad, no está para nada exenta de controversias, especialmente en lo que respecta a la privacidad. ¿Hasta qué punto podemos confiar en que nuestros dispositivos inteligentes no están escuchando más de lo que deberían?

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RIESGOS DE LA PRIVACIDAD

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Sin duda, la privacidad es uno de los temas más sensibles cuando hablamos de asistentes de voz. Aunque Amazon insiste en que las grabaciones se utilizan únicamente para mejorar la experiencia del usuario, ha habido casos que han generado desconfianza entre los consumidores. Uno de los más sonados ocurrió en 2019, cuando se reveló que la empresa conservaba algunos datos de Alexa de forma indefinida, incluso después de que los usuarios eliminaran sus grabaciones.

Más recientemente, en julio de 2023, Amazon fue multada con 25 millones de dólares por almacenar grabaciones de voz de menores de edad sin el consentimiento adecuado. Este caso puso en evidencia que, a pesar de las garantías de privacidad, existen riesgos reales asociados al uso de estos dispositivos. No se trata solo de que las grabaciones puedan ser accedidas por terceros, sino también de cómo se utilizan esos datos dentro de la propia empresa.

Otro aspecto preocupante es la posibilidad de que los dispositivos se activen por error. Aunque Alexa está diseñada para responder solo a la palabra de activación, ha habido casos en los que el asistente se ha activado sin que el usuario lo solicitara, grabando conversaciones que nunca debieron ser registradas. Esto plantea serias dudas sobre la eficacia de los sistemas de detección y la seguridad de los datos personales.

Además, existe el riesgo de que las grabaciones puedan ser utilizadas con fines no deseados. Por ejemplo, en 2018 se reportó un caso en el que una conversación privada de una pareja fue enviada a un contacto sin su consentimiento. Aunque Amazon atribuyó el incidente a un error técnico, este tipo de situaciones generan desconfianza y refuerzan la necesidad de que los usuarios tomen medidas adicionales para proteger su privacidad.

Es importante destacar que -independientemente- de los riesgos vinculados con temas técnicos y legales, el uso de asistentes de voz también tiene un impacto psicológico y social. La idea de que un dispositivo esté constantemente «escuchando» puede generar ansiedad o incomodidad en algunas personas. Aunque Amazon asegura que Alexa solo graba después de la palabra de activación, la percepción de estar bajo vigilancia constante puede afectar la forma en que las personas interactúan en sus hogares.

Además, el uso de estos dispositivos puede normalizar la idea de renunciar a la privacidad a cambio de comodidad. Esto es especialmente preocupante en el caso de los niños, quienes pueden no entender completamente las implicaciones de compartir información personal con un asistente de voz. El caso de la multa de 25 millones de dólares por almacenar grabaciones de menores de edad subraya la importancia de proteger a los usuarios más vulnerables.


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