sábado, 1 febrero 2025

El desdén de Trump hacia la transición energética es una oportunidad para Europa

En materia de energía, lo primero que hizo Donald Trump al regresar a la Casa Blanca fue retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París; y lo segundo, dejar en mantillas la legislación que impulsaba la inversión en proyectos ecológicos. Está más que claro que Washington ha cambiado el verde por el negrísimo tono de los hidrocarburos, pero esto no tiene por qué poner en jaque la descarbonización a este lado del Atlántico. Es más, podría incluso ser un espaldarazo.

Así lo cree Sebastian Paris Horvitz, director de análisis de LBP AM, accionista mayoritario de LFDE. El experto considera que la Administración Trump es una fuente de incertidumbre para la economía mundial en general y «para las clases de activos reales y no cotizados vinculadas a la transición energética», en particular. Sin embargo, «sus repercusiones no son las mismas en EEUU y Europa«.

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA DESCARBONIZADORA EN EEUU

El mismo día de su investidura como presidente de EEUU, el controvertido magnate presentó un plan para abordar la «emergencia energética» que pasa por sacar a Washington (por segunda vez) del Acuerdo de París por el clima, disparar la producción de petróleo y marginar fuentes de generación ‘verde’, empezando por la eólica offshore.

El Acuerdo de París, del que emanan casi todas las medidas de lucha contra el cambio climático en todo el mundo, tiene como objetivo limitar la subida de las temperaturas a 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales.

Paris Horvitz señala que «es evidente que la retirada de EEUU del Acuerdo de París sobre el clima va a frenar el compromiso de este país con la transición energética». Por el contrario, «se producirán nuevos y significativos aumentos de las inversiones en los sectores del petróleo y el gas», vaticina.

EL RENOVADO APOYO DE TRUMP AL MODELO ‘SOLO COMBUSTIBLES FÓSILES’ aumenta forzosamente la incertidumbre en torno a ciertas clases de activos no cotizados VINCULADOS A LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Un renovado apoyo, por tanto, a la idea «solo combustibles fósiles», en sintonía con el deseo de Trump de acelerar el ritmo de las nuevas perforaciones petrolíferas, como expresa su eslogan «Drill, baby, drill».

Este cambio de rumbo «aumenta forzosamente la incertidumbre en torno a ciertas clases de activos no cotizados», indica el especialista, agregando que, en general, las inversiones en energías alternativas en suelo estadounidense «podrían resultar mucho menos viables en este clima político».

Sin embargo, la revisión del Green New Deal introducido durante el mandato de Joe Biden «únicamente puede ser parcial» -advierte Paris Horvitz- «Antes de marcharse, el expresidente había concedido y desembolsado la mayor parte de las subvenciones destinadas a energías limpias, infraestructuras y proyectos industriales».

LA HOSTILIDAD DE TRUMP PODRÍA ACELERAR LA TRANSICIÓN EN EUROPA

En Europa, no obstante, el impacto de las políticas de Trump, hostiles a la descarbonización, «debería ser, en general, moderado», comenta el director de análisis de LBP AM. «Puede ser incluso una oportunidad, ya que el cuestionamiento de los esfuerzos de transición energética y el carácter más agresivo de la política comercial estadounidense pueden ser favorables a determinados proyectos de infraestructuras», preconiza el experto, quien, de hecho abre la puerta a que los países europeos se sientan «animados a acelerar su transición energética, dando un apoyo sustancial a los proyectos centrados en las energías alternativas y renovables».

Además, continúa, la postura menos cooperativa de EEUU en la escena internacional también podría impulsar los proyectos industriales relacionados con la defensa. «En cualquier caso, seguiremos siendo muy ágiles en nuestras estrategias de gestión de activos en 2025 para hacer frente a las probables turbulencias provocadas por futuras decisiones de la administración de Donald Trump», concluye el análisis de Paris Horvitz.


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