viernes, 31 enero 2025

DeepSeek amenaza las inversiones de Iberdrola y Repsol

La irrupción de DeepSeek ha sacudido los cimientos de lo que se preveía como una tranquila transición hacia la Inteligencia Artificial (IA), tutelada por las compañías occidentales. Y las réplicas del seísmo no se limitarán al ámbito tecnológico: el sector de la energía tiene razones para temer que el efecto dominó de la IA low cost china deje en paños menores un negocio que se prometía redondo.

Desarrollada por una startup china, DeepSeek es la respuesta del ‘Gran Dragón’ a ChatGPT. Sin embargo, y a diferencia de ésta, es totalmente gratuita y de código abierto, y mucho más moderada en cuanto a requerimientos técnicos: no necesita los chips más potentes para su desarrollo, ni tanto consumo energético.

EL ‘FENÓMENO DEEPSEEK’

Su lanzamiento provocó tal convulsión en el mercado a principios de esta semana, que se dispararon los temores al estallido de una burbuja en el sector de la IA. El 25 de enero DeepSeek acumuló 1,6 millones de descargas, pasando a ocupar el primer puesto en las tiendas de aplicaciones del iPhone en Australia, Canadá, China, Singapur, Estados Unidos y el Reino Unido, según los datos del rastreador de mercado App Figures.

Este éxito fulgurante devoró la cotización de los ‘gallitos’ occidentales del sector. Este lunes, Nvidia perdió 600.000 millones de dólares, el equivalente a la mitad del PIB español; mientras el índice tecnológico Nasdaq se desplomaba un 3,5% en una jornada. Solo se salvó Apple, por haber sido la tecnológica que menos ha apostado por la IA.

Nada mal para una pequeña startup de Hangzhou -la ‘Silicon Valley china’- con poco más de un año de existencia, desde luego. Pero ¿Qué tipo de repercusiones puede tener la fiebre por DeepSeek para las empresas del sector energético? Pues muchas y muy profundas, especialmente en el apartado estratégico.

UN VUELCO IMPREVISTO EN LAS PERSPECTIVAS DE DEMANDA

MERCA2 se ha puesto en contacto con Antonio Aceituno, CEO y director técnico de la consultora Tempos Energía, quien resume en una frase las implicaciones del fenómeno DeepSeek para las compañías energéticas: «Si DeepSeek solo necesita un centro de datos de 2.000 kilovatios (Kw) para funcionar y ChatGPT necesita uno de 5.000, pues está claro que el margen de beneficios por la energía vendida que tienen las comercializadoras como Iberdrola o Repsol se va a reducir a menos de la mitad».

Recapitulemos: toda IA, para funcionar, necesita una red gigantesca de microprocesadores y chips, que se concentran en las instalaciones conocidas como centros de datos o data centers. Estos centros precisan un colosal suministro de electricidad, lo que les situaba en todas las quinielas para ser la ‘gallina de los huevos de oro’ del sector energético en el futuro cercano. O eso se pensaba hasta que llegó DeepSeek.

En España, tenemos el ejemplo de Repsol: la petrolera vasca ha anunciado su irrupción por todo lo alto en el negocio de los centros de datos con un proyecto faraónico en Escatrón (Zaragoza). Los 400 megavatios (MW) de potencia de las instalaciones le costarán a la compañía -y a sus partners– un desembolso de 4.000 millones de euros

LAS GRANDES ENERGÉTICAS HAN HECHO SUS INVERSIONES EN CENTROS DE DATOS PENSANDO EN UNA DEMANDA ELÉCTRICA COLOSAL; LA IRRUPCIÓN DE DEEPSEEK, CON UNOS REQUERIMIENTOS MUCHO MENORES, LO CAMBIA TODO

Esta iniciativa surgió en respuesta a las ambiciones de Iberdrola, el ‘enemigo íntimo’ de Repsol, que aspira a lograr una participación de mercado del 20% en el segmento español de centros de datos para 2030.

El (gran) problema es que las grandes energéticas han hecho sus planes, y por ende sus inversiones, pensando en el modelo ChatGPT: una IA tremendamente exigente en cuanto a potencia, que se asienta en data centers con una demanda hiperbólica de electricidad. Los mucho menores requerimientos del invento chino lo cambian todo. Y es que ¿a qué margen de beneficios podría aspirar Repsol si, después de haber invertido 4.000 ‘kilos’, las necesidades energéticas de sus clientes se reducen a la mitad o menos?

EL FUTURO ESTÁ EN EL AIRE (DE MOMENTO)

«En cualquier caso, DeepSeek es de código abierto, lo que significa que cualquier persona puede mejorar el producto» -recuerda Aceituno- «En ese escenario, todo es posible».

El CEO de Tempos afirma que «estamos en los albores de la gran batalla tecnológica entre EEUU y China», así que puede pasar cualquier cosa. Por ejemplo, que aparezca una nueva IA estadounidense que dé sopas con hondas a DeepSeek y las expectativas de demanda eléctrica vuelvan a dispararse. Y también lo contrario. «El mercado aún se encuentra en estado embrionario», considera.

En cualquier caso, y sea cual sea el devenir de la batalla tecnológica, Aceituno tiene muy claras las carencias de nuestro país en este negocio: «El gran problema de la IA es la precariedad de la red eléctrica española en muchas zonas, que impide suministrar adecuadamente a los centros de datos».


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