El debate sobre el uso de pantallas por parte de los más jóvenes sigue generando muchas preguntas en las familias. En la era digital, la crianza se enfrenta a un reto único: cómo gestionar el tiempo que los niños y móviles pasan juntos. Durante años, se ha insistido en la necesidad de limitar el uso de dispositivos electrónicos, pero ahora, nuevos enfoques sugieren que la calidad del contenido es incluso más importante que la cantidad de tiempo frente a una pantalla. Lejos de las estrictas restricciones, una perspectiva más equilibrada podría ser la clave para que la tecnología beneficie a los más pequeños en lugar de perjudicarles.
6La importancia de las normas familiares
La relación niños y móvil sí es posible pero para evitar que el tiempo frente a la pantalla se convierta en un problema, las familias deben establecer reglas claras y razonables. Estas normas deben adaptarse a las necesidades de cada hogar, asegurando que las expectativas sean comprensibles y se puedan modificar según las circunstancias. Por ejemplo, limitar el uso de pantallas en horas de comida o antes de dormir puede fomentar hábitos más saludables y permitir un descanso de calidad.