¿Tenías conocimiento de que existe un antiguo tratado entre Francia y España, aun en vigencia, por más de seis siglos y que se sigue cumpliendo de maneta rigurosa? Es un hecho que resulta de no creerse, pero es verdad. Todos años, como resultado de la aplicación de este tratado, antiquísimo y peculiar, una población francesa le debe entregar a una población española tres vacas.
Este tratado, llamado, como no podía ser de otra manera, del Tributo de las Tres Vacas, ha trascendido no solo al tiempo y a la historia, sino que se ha convertido en un hito de costumbre arraigada, colaboración y mantenimiento de la armonía entre poblaciones fronterizas. Aquí te revelamos la crónica completa junto con la razón de su continua importancia en la actualidad.
3¿Cuál fue el origen del desacuerdo que hizo necesario este pacto?
En la génesis de este acuerdo se encuentran las reivindicaciones territoriales que vienen desde el siglo XIV. Era usual que los pastores de Baretous y de Roncal sostuvieran disputas por el derecho de hacer pastar a su ganado en los Pirineos, dando pie a reyertas constantes, que en muchas ocasiones se volvían agresivas.
Pero, el conflicto definitivo es conocido con el nombre de la Batalla de Aguincea, que se saldó con una cifra trágica de 53 habitantes de Roncal y 200 habitantes de Baretous fallecidos. Tuvo unas consecuencias tan nefastas, que modificó la forma en que los dos grupos de pastores estaban relacionándose, creando la necesidad de llegar a un acuerdo que pudiera asegurar la coexistencia pacífica y la tranquilidad de las dos poblaciones.
De esa manera tuvo lugar el nacimiento del Tratado de las Tres Vacas, un pacto que puso a fin a las reyertas y que fue el principio de la colaboración armoniosa y estrecha ente estas comunidades.