Los incendios forestales son una amenaza incontrolable que arrasa vidas, hogares y paisajes enteros. Lo ocurrido recientemente en Los Ángeles, donde las llamas cobraron más de veinte vidas y devastaron miles de propiedades, ha dejado al mundo preguntándose: ¿Existe una solución para poder prevenir este tipo de tragedias? La respuesta podría estar más cerca de lo que parece, y una muestra es FireDome, un sistema inspirado en la famosa tecnología israelí Iron Dome, diseñada originalmente para interceptar misiles. Si logra cumplir con sus ambiciosas promesas, podría marcar un antes y un después en la lucha contra los desastres naturales que ya son parte de nuestra realidad climática.
1PREVENCIÓN DE INCENDIOS
La idea detrás de FireDome combina innovación tecnológica con estrategias de defensa adaptadas a un enemigo diferente: el fuego. Este sistema, todavía en desarrollo, está diseñado para actuar de manera completamente autónoma, detectando, bloqueando y extinguiendo incendios forestales con una precisión que parece sacada de la ciencia ficción.
El primer paso es la detección temprana, y aquí entra en juego la inteligencia artificial. FireDome utiliza cámaras avanzadas y sensores de última generación para monitorear de manera constante las áreas en riesgo. A diferencia de los métodos tradicionales, este sistema no necesita de una infraestructura de red externa ni de personal humano para operar. En cuanto identifica indicios de incendio, como el aumento de temperatura o la presencia de humo, lanza automáticamente la alerta y activa su mecanismo de respuesta sin intermediarios ni demoras.
Una vez que el peligro está identificado, FireDome pasa a la acción desplegando barreras protectoras. Estas barreras son colocadas estratégicamente mediante lanzadores mecánicos que disparan cápsulas capaces de formar un «muro» que bloquea el avance de las llamas. Este sistema frena el incendio y dirige su propagación lejos de las zonas vulnerables. Según sus desarrolladores, las barreras están diseñadas para cubrir distancias considerables, con versiones en desarrollo que alcanzan hasta 1,6 kilómetros de alcance por cápsula.
Ante uno de los mayores desafíos en los incendios forestales modernos -las brasas ardientes, con partículas que el viento puede transportar a grandes distancias y que, al caer, generan nuevos focos de fuego- FireDome identifica estas brasas en el aire y las extingue de inmediato mediante un sistema de precisión que asegura que ninguna amenaza secundaria pase desapercibida.
Al ser un sistema autónomo, FireDome reduce el riesgo para los equipos de extinción, y disminuye considerablemente los precios operativos. En situaciones críticas, donde cada segundo cuenta, esta independencia puede marcar la diferencia entre contener un incendio a tiempo o enfrentarse a una catástrofe.