Letizia nuevamente es el centro de atención de la prensa extranjera. Resulta que, en Alemania, los medios han comenzado a destacar una acción que la reina ejecutó como algo muy natural. Aunque tiene una posición oficial muy destacada, tuvo un comportamiento que llamó la atención de los medios, en especial en Alemania, y que fue capturado en imágenes en las que se la ve haciendo algo poco usual entre los miembros de la realeza, pero que parece muy lógico.
En la imagen se ve a la reina Letizia que comparte un paraguas suyo con María Dolores Ocaña. La foto ha repercutido globalmente, convirtiendo a Letizia en símbolo de la modestia y de la amabilidad y modestia, diferenciándola de esa imagen tradicional que se tiene de los muy distantes miembros de la realeza. Los medios de prensa alemanes, en particular una publicación especializada como la revista ‘Bunte’, destacan el gesto como un quebrantamiento de los protocolos habituales de la realeza.
5Una acción que rompe los esquemas
Esta acción de llevar el paraguas mientras Letizia y su secretaria se resguardan de la lluvia rompe con todas las reglas de protocolo real que indican que un miembro de la realeza debe ser atentado en todo momento, aunque se trate del acto más nimio e intrascendente. Este principio pretende fortalecer la naturaleza formal del rol que tiene el miembro de una casa real.
Aunque eso es lo que dicta el protocolo, la reina tomó sus propias decisiones al respecto, dejando de lado las formalidades poco prácticas, lo que, al mismo tiempo, revela que tiene un lado muy cercano, muy próximo. Aunque parezca que se trata de un gesto sin importancia, en realidad no es así, y prueba de ello es la atención que ha sido puesta por los especialistas y los medios de prensa en el gesto.
Según Gómez Verdú, al tomar el mando de ese acto aparentemente fácil, Letizia está transmitiendo un mensaje evidente: “Aquí no existen diferencias inquebrantables. Todos somos equiparables”. Esta idea se fortalece al momento de compartir el paraguas con María Dolores Ocaña, su asistente, quien no necesitó sostenerlo, ya que la reina lo sujetó por ella misma.