martes, 28 enero 2025

Sony anuncia el fin de los últimos soportes físicos que serán historia desde febrero

Parece que el tiempo ha pasado y nos encontramos ante el fin de una era: Sony ha anunciado que en febrero de 2025 cesará por completo la producción de discos Blu-ray y otros formatos físicos icónicos como el MiniDisc, MD Data y Mini DV Cassette. Este movimiento pone punto final al legado de los soportes físicos que marcaron décadas de consumo y almacenamiento multimedia. Una acción que ya deja claro que el futuro está -irremediablemente- en lo digital. Aunque la noticia no sorprende, sí simboliza el cierre definitivo de un capítulo importante en la historia de la tecnología, puesto que los soportes físicos eran un claro símbolo que pronto ya solo será un recuerdo vintage.

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ADIÓS AL ÉXITO MASIVO

Aunque el Blu-ray surgió como un avance que prometía reemplazar al DVD, nunca logró consolidarse como el estándar absoluto que sus creadores esperaban. En teoría, contaba con todas las características necesarias para triunfar: mayor capacidad de almacenamiento, una calidad de video y audio inigualables para su época y el respaldo de grandes compañías tecnológicas como Sony. Sin embargo, su destino fue otro, marcado por una serie de desafíos que limitaron su alcance y lo condenaron a ser un formato de nicho más que un fenómeno de adopción masiva.

Uno de los principales factores que jugaron en contra del Blu-ray fue su llegada tardía al mercado. En 2006, cuando el formato debutó, el panorama tecnológico ya estaba cambiando drásticamente. Las plataformas de streaming comenzaban a ganar popularidad, y aunque aún estaban lejos de la omnipresencia que tienen hoy, ofrecían algo que el Blu-ray no podía: la posibilidad de consumir contenido de manera instantánea y sin necesidad de adquirir un soporte físico. Esta nueva forma de disfrutar películas y series fue especialmente atractiva para una generación que valoraba más la conveniencia que el coleccionismo.

Además, el precio inicial del Blu-ray fue una barrera significativa. Los reproductores y discos eran considerablemente más caros que los equivalentes en DVD, lo que dificultó su adopción por parte del consumidor promedio. En una época donde el DVD todavía ofrecía una calidad aceptable y estaba ampliamente disponible a precios accesibles, muchos optaron por quedarse con lo conocido en lugar de invertir en un sistema nuevo y costoso. Incluso cuando los precios comenzaron a bajar, la brecha entre el Blu-ray y las opciones digitales ya era demasiado evidente.

Otro aspecto crucial fue la falta de un salto cualitativo verdaderamente impactante para el consumidor promedio. Aunque el Blu-ray ofrecía una resolución notablemente superior al DVD, esta diferencia no siempre era tan perceptible sin un televisor de alta definición adecuado. Y es necesario entender que esto no es algo que estuviera presente en todos los hogares durante sus primeros años. Para muchos, el cambio de DVD a Blu-ray no parecía justificar la inversión en nuevo equipo, especialmente cuando otras opciones de entretenimiento comenzaban a despegar.

También es importante destacar el contexto en el que el Blu-ray se enfrentó a su rivalidad interna con el HD DVD, un formato similar promovido por otras empresas como Toshiba. Esta «guerra de formatos» generó confusión en los consumidores, quienes dudaban sobre cuál sería el estándar definitivo. Aunque el Blu-ray salió victorioso, la incertidumbre inicial contribuyó a un lento despegue de su adopción en el mercado.

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María López
María López
Periodista y comunicadora. Con experiencia en diferentes ámbitos de la comunicación, como la prensa escrita, redacción digital, locución de radio y comunicación corporativa.

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