miércoles, 22 enero 2025

Con la central de Almaraz se desmantelan 3.000 empleos y la mayor fuente de riqueza de Extremadura

Este sábado, 10.000 manifestantes recorrieron, pancartas en mano, la distancia que separa la Plaza de España de Almaraz de la central nuclear del mismo nombre. Habían acudido al llamado de la plataforma ‘Sí a Almaraz, Sí al Futuro’ y los municipios extremeños afectados por el cierre de la central; y entre ellos se contaban dirigentes políticos y empresariales, representantes de organizaciones profesionales y otras organizaciones de la sociedad civil. Su grito: un rotundo ‘no’ a la clausura de las instalaciones.

La jornada, calificada como «histórica» por la plataforma, pretendía poner de relieve la importancia de la central de Almaraz para el futuro de España en general y, sobre todo, de Extremadura en particular. Los convocantes enfatizaron que dicha importancia excede con creces el ámbito energético, ya que se trata no solo de una fuente de electricidad, sino también de empleo y prosperidad económica para la región.

Esta planta tiene una producción de energía eléctrica bruta acumulada desde origen y hasta el 31 de diciembre de 2023 de 611.000 gigavatios hora (GW/h), lo que la convierte en «la instalación de mayor aportación al sistema eléctrico nacional», según los datos aportados por Centrales Nucleares Almaraz Trillo (CNAT).

ALMARAZ, UN REFERENTE DE LA NUCLEAR ESPAÑOLA

Según los últimos datos disponibles, Almaraz genera el 7% de la demanda eléctrica anual de España, equivalente al consumo de cuatro millones de hogares, y evita anualmente la emisión a la atmósfera de seis millones de toneladas de dióxido de carbono. Una cantidad de emisiones «comparable a doce millones de vuelos de ida y vuelta entre Londres y Nueva York», apunta la plataforma Sí a Almaraz.

Por otro lado, en 2023 se llevaron a cabo en Almaraz inversiones por valor de 50 millones de euros, dirigidas a «la mejora de la seguridad personal y nuclear y el cumplimiento de los requisitos regulatorios», así como la actualización y modernización de los equipos para «maximizar la fiabilidad de las plantas».

Asimismo, la planta de Almaraz está considerada como una de las centrales de mejor funcionamiento del mundo por la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO, por sus siglas en inglés).

UNO DE CADA TRES HABITANTES DIRÍAN ADIÓS

En el plano económico, su cierre supondría poner un zarzal en el camino al desarrollo de una de las autonomías más pobres de nuestro país. Según un estudio de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC), el desmantelamiento de Almaraz provocará un descenso del 36% de la población activa y una caída del 60% en los ingresos de los ayuntamientos de los municipios de la zona de influencia.

Según dicho estudio, «en el peor escenario y el más factible, la zona de influencia directa pierde casi uno de cada tres habitantes, y la población activa disminuye en un 36%, como consecuencia de un tremendo envejecimiento de la población». Esta situación supondría «la posibilidad real de desaparición de los pueblos más pequeños de la zona».

la central nuclear de Almaraz genera cerca de 3.000 empleos. Supone más del 5% del PIB de Extremadura y los municipios de su área de influencia tienen una renta per cápita un 12% superior al del conjunto de la Comunidad

El lucro cesante de los consistorios de las zonas afectadas ha sido cifrado por el informe en 15 millones de euros anuales en conjunto, casi el 60% de los ingresos totales. «Así, Saucedilla, Romangordo, Almaraz, Serrejón e Higuera de Albalat verán claramente afectada su viabilidad económico-financiera», advierte AMAC.

Por último, la central nuclear de Almaraz genera, según las estimaciones de Sí a Almaraz, cerca de 3.000 empleos. Supone más del 5% del PIB de Extremadura, y los municipios de su área de influencia tienen una renta per cápita un 12% superior al del conjunto de la Comunidad. «Su cierre tendría un impacto devastador en nuestra región, acelerando la despoblación y el envejecimiento demográfico», denuncia la plataforma.

EL GOBIERNO SE ESCABULLE

El Gobierno, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha lanzado balones fuera diciendo que el cierre de Almaraz corresponde a «una decisión empresarial. Sin embargo, el cierre a cal y canto de los siete reactores nucleares que operan en nuestro país fue una de las promesas estrella de Pedro Sánchez a los socios que le auparon a La Moncloa.

Una medida respecto a la que el Ejecutivo ha mostrado una férrea intransigencia y que, por supuesto, incluye a Almaraz. En concreto, y según el calendario previsto actualmente, sus dos unidades cesarían su actividad en 2027 y 2028.

Si bien es cierto que el fin del parque nuclear español es una decisión dispuesta en la agenda política, también lo es que las empresas propietarias de las centrales han manifestado su hartazgo ante una presión tributaria y administrativa que hace inviable el negocio de la energía atómica.

Nuclear
Ignacio Araluce, presidente del Foro de la Industria Nuclear

La semana pasada, Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, advirtió que, de no aliviarse el cepo fiscal sobre las centrales de uranio, no se procederá a la renovación de licencias y, por tanto, la energía atómica se desvanecerá del mix energético.

«La presión fiscal que soporta la nuclear supone una losa para la competitividad de la generación nuclear en España. Ningún otro país con centrales nucleares, de nuestro entorno europeo, soporta estas desproporcionadas cargas fiscales»

Foro Nuclear

Este lunes, sin embargo, Foro salió al paso de las declaraciones del MITECO enviando un comunicado en el que recuerda que «la política energética es responsabilidad del Gobierno, y la política fiscal también».

«La energía nuclear ha soportado en los últimos cinco años un incremento de la presión fiscal asfixiante» -continúa la organización- «La carga tributaria específica soportada por el parque nuclear se ha incrementado en ese periodo un 70%, pasando de 16 euros por megavatio hora (€ MW/h) a 28 € MW/h, discriminando la generación nuclear frente a otras tecnologías y haciendo insostenible su viabilidad económica».

«La presión fiscal que soporta la nuclear supone una losa para la competitividad de la generación nuclear en España y, por tanto, para su continuidad» -concluye Foro- «Ningún otro país con centrales nucleares, de nuestro entorno europeo, soporta estas desproporcionadas cargas fiscales».


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