lunes, 21 abril 2025

La ciencia se moja y te dice cada cuánto debes cambiar las sábanas

Nadie tiene del todo claro cada cuánto hay que cambiar las sábanas. Puede que no haya un tiempo democratizado en el que todo el mundo coincida en que es la mejor opción, pero parece que la ciencia ha querido dar por fin a la respuesta que muchas personas se hacen en su día a día. Asusta ligeramente pensar que pasamos más de un tercio de nuestra vida durmiendo, pero así es. Y cuidar la manera en que lo hacemos y el dónde lo hacemos se puede convertir en un básico para nuestra salud y nuestro bienestar.

Publicidad

2
CAMBIO PERIÓDICO DE LAS SÁBANAS

La frecuencia con la que debemos cambiar las sábanas no es una cuestión de un único patrón fijo, ya que depende de varios factores personales, ambientales y de salud. Sin embargo, los expertos coinciden en un mensaje claro: una limpieza regular es fundamental para mantener un entorno de descanso saludable.

Lo ideal es cambiar las sábanas al menos una vez a la semana. Este intervalo de tiempo permite evitar la acumulación excesiva de suciedad, células muertas de la piel, sudor y otros residuos que se depositan en la tela con el uso diario. Aunque, si bien una vez a la semana es ideal, no es un máximo estricto, y en algunos casos, podría ser necesario hacerlo con mayor frecuencia.

Si padeces alergias o tienes una piel sensible o propensa a afecciones como el acné, cambiar las sábanas más seguido puede ser incluso una necesidad. El contacto constante con ácaros, polvo o incluso restos de aceites naturales de la piel que se acumulan en las sábanas puede agravar estos problemas. Si estás viviendo uno de estos supuestos, las sábanas deben lavarse al menos cada 3 o 4 días para evitar la exposición continua a los alérgenos y reducir el riesgo de brotes cutáneos.

El clima también juega un papel crucial en la frecuencia con que debemos lavar la ropa de cama. Durante los meses de verano o en lugares de climas cálidos, el sudor se produce en mayor cantidad debido a las altas temperaturas. Si te encuentras en este tipo de ambientes, es probable que necesites cambiar las sábanas con mayor regularidad, quizás cada 3 o 4 días, para evitar que los olores desagradables y la humedad se acumulen en la tela.

Por la contra, en los meses de invierno, cuando la transpiración es menos frecuente, muchas personas tienden a alargar el tiempo entre lavados. Y en estos casos, aunque el sudor no sea tan evidente, la acumulación de humedad en la ropa de cama sigue siendo un factor a tener en cuenta que puede aparecer independientemente del frío. En áreas húmedas, las sábanas pueden retener humedad por más tiempo, favoreciendo la aparición de moho y hongos como los ya mencionados anteriormente.

Y si compartes la cama con mascotas, la frecuencia de lavado de las sábanas puede necesitar un ajuste. Los animales que tienen pelo, fomentan la aparición de otros elementos no deseados en tu zona de descanso. Si tu mascota duerme en la cama contigo, es importante lavar las sábanas con más regularidad para evitar que los pelos y los posibles parásitos se conviertan en un problema.


Publicidad