La firma de artículos deportivos Sprinter está revolucionando el mercado con su política de devoluciones que afecta directamente a los consumidores, y que es una copia de las acciones que ya tomó JD Sports. En este sentido, la política de devolución de las firmas de retail en época de rebajas ‘obliga’ a los clientes a estar alerta.
En este sentido, los derechos de los consumidores no cambian en rebajas, son los mismos que el resto de temporada. Si bien, independientemente de que sea Black Friday, Navidad o cualquier otro momento, es que el cliente antes de realizar sus compras se informe acerca de la política del establecimiento en materia de cambios y devoluciones y no se lleve la sorpresa a posterior.
La competitividad en el mercado de las firmas deportivas está en auge. No obstante, Sprinter se enfrenta a una pérdida de clientes por la decisión que han tomado este enero de durante el 7 y 8 de enero no permitir que ningún cliente en ningún establecimiento de la marca pudiera realizar ningún tipo de cambio ni devolución.
EL PROBLEMA DE SPRINTER
En este contexto, JD Sports y Sprinter quedan cada vez más eclipsados por marcas como Nike, Adidas y Puma, lo que sugiere espacio para la consolidación entre las tiendas. La nueva estrategia de Sprinter para empezar los primeros días de rebajas en tiendas físicas, es decir, 7 y 8 de enero, con una caja positiva, deja mucho que desear por parte de la compañía que se enfrenta directamente a los consumidores.
«Para garantizar un mejor servicio de atención al cliente, no se realizarán cambios ni devoluciones en tienda física los días 7 y 8 de enero de 2025», explicaban desde Sprinter en su propia página web. Además, algunos clientes cuentan qué detrás del ticket de compra ya en diciembre de 2024 la firma deportiva avisaba de este cambio.
SPRINTER CAUSA REVUELO ENTRE SUS CLIENTES
No obstante, como bien señala una dependienta de la firma a MERCA2, «En la tienda, han visto la que se está liando, y al final acabamos haciéndolas, y fue una locura». En este sentido, Sprinter vio el revuelo que se estaba causando entre sus clientes entre el 7 y 8 de enero, se vieron en la obligación en algunos establecimientos de aceptar finalmente las devoluciones de unos clientes que estaban enfadas y decepcionados con la firma.
Una decisión de Sprinter que no solo afecto en su momento a los consumidores, sino que también perjudico de manera indirecta a unos empleados que debían de dar respuesta a unos clientes que no entendían la decisión de la empresa, y que exigían al trabajador su derecho de consumidor, es decir, poder realizar la devolución o el cambio.
Siguiendo esta línea, la acción de Sprinter la lleva haciendo ya varios años JD Sports. Es una metodología para evitar colapsos y que se junte una gran cantidad de gente por las rebajas de enero, y por las devoluciones de Navidad, al mismo tiempo en el establecimiento físico. No obstante, desde Sprinter no contaban que no dejar hacer devoluciones ni cambios les iba a traer tantos problemas.
LA POLÍTICA DE DEVOLUCIONES Y CAMBIOS
En este contexto, tras realizar una compra de un producto o un servicio que no tenga ningún defecto, el consumidor puede arrepentirse de la misma, y tener derecho a solicitar la devolución del producto o servicio adquirido sin justificar causa alguna, y eso sí, cumpliendo una serie de condiciones.
Como bien señala Sprinter en su página web, «se dispone de 30 días naturales desde la compra para realizar devoluciones en cualquiera de nuestras tiendas físicas, Sprinter del país en el que se haya realizado la compra, excepto en Ceuta, Canarias, Ourense y Andorra. Para ello se necesita llevar el ticket de compra. El importe pagado por los artículos se devolverá mediante un voucher o en el mismo método de pago utilizado para su adquisición».
Por otro lado, como bien señala el BOE en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, «El régimen de comprobación, reclamación, garantía y posibilidad de renuncia o devolución que se establezca en los contratos, deberá permitir que el consumidor y usuario se asegure de la naturaleza, características, condiciones y utilidad o finalidad del bien o servicio; pueda reclamar con eficacia en caso de error, defecto o deterioro; pueda hacer efectivas las garantías de calidad o nivel de prestación ofrecidos».