Conducir con el abrigo puesto es un grave error. Durante la temporada de invierno, las temperaturas bajan, en especial esta temporada, en la que la AEMET nos ha avisado de que se esperan bajadas como no las habíamos visto en años, por lo que se impone necesariamente utilizar ropa muy abrigada para escapar del frío, en especial cuando salimos del hogar. Si vamos a utilizar nuestro coche, es muy normal que nos subamos al mismo teniendo el abrigo puesto, no importa cuanto vayamos a tardar ni a dónde vamos a ir. No obstante, esta costumbre muy arraigada, aparentemente inofensiva, podría poner en riesgo tu seguridad al volante y la de los demás ocupantes del coche.
3Ponerse el cinturón de seguridad con el abrigo puesto no tiene sentido práctico
El principal problema de llevar un abrigo grueso al conducir es que el cinturón de seguridad no se ajusta correctamente al cuerpo. Esto ocurre porque las prendas voluminosas generan un espacio entre el cinturón y el torso, reduciendo su capacidad de protegerte en caso de impacto.
Cuando ocurre una colisión, el cinturón está diseñado para mantener el cuerpo en su lugar, evitando desplazamientos bruscos que podrían provocar lesiones graves. Si hay un espacio entre el cinturón y tu cuerpo, este podría no actuar de forma efectiva, incrementando el riesgo de:
- Lesiones en el pecho o en el abdomen.
- Golpes contra el volante o el salpicadero.
- Deslizamientos hacia adelante que podrían agravar las consecuencias de un accidente.